Indicador político
· México se forma en la antesala de Trump
· Ningún alto funcionario fue al juramento
· Al fin parece alistarse el relevo en el INM
Parece contrasentido:
Con o sin mención expresa, México estuvo de varias maneras en la parte central del discurso de Donald Trump a su regreso a la Casa Blanca.
Pero a la vez, es el gran ignorado.
Vea usted:
Ni la presidenta Claudia Sheinbaum ni alguien de primer plano en la estructura del gobierno mexicano fue invitado a la toma de posesión.
Aunque sí se cumplió con el protocolo de llamar al embajador Esteban Moctezuma como parte del cuerpo diplomático acreditado en Washington.
La de mayor nivel fue Altagracia Gómez Sierra en su calidad de mujer de negocios y conocida por el magnate, como también lo son Carlos Slim, Bernardo Gómez y Francisco Cervantes.
Los altos funcionarios nacionales pueden esperar y en esto están, en la antesala de Donald Trump para cuando él lo decida o sea necesario encarrilar el T-MEC para extender el tratado comercial entre Estados Unidos, México y Canadá.
Eso sí, bajo nuevas bases y sin Ottawa de aliado como en 2018.
IMPUESTO A REMESAS
Por ahora a estar pendientes.
A ver cuánto afectan a la patria la aplicación de las órdenes ejecutivas firmadas ayer, las de hoy y las de mañana, porque hasta el nombre del Golfo de México nos será expropiado.
Golfo de Estados Unidos, lo va a llamar Donald Trump.
Lo demás estaba anunciado, desde el envío de tropas a la frontera sur estadunidense (o la norte México, es lo mismo) hasta declarar grupos terroristas a los cárteles y detención inmediata de ilegales.
Promete ser efectivo, pues de inmediato cerró las oficinas de Aduanas y Protección Fronteriza, los llamados CBP One, para frenar el ingreso legal de migrantes hacia su territorio.
Reiteró su promesa de aplicar aranceles a las importaciones en tasas a determinar para financiar al tesoro estadunidense, pero no enunció siquiera otro propósito: gravar las remesas.
Un golpe adicional a México porque impactaría la principal fuente de ingresos -superior a 60 mil millones de dólares en 2024- y de sustento para los sectores más necesitados.
El daño sería múltiple, pues por un lado deportará millones -más de cinco millones de mexicanos en peligro- y por el otro encarecerá los envíos y causará desánimo en quienes sobrevivan a la repatriación.
SALOMÓN Y GARDUÑO
La ocasión es propicia.
Las disposiciones de Donald Trump amenazan con una crisis humanitaria, económica y social en la frontera y es necesario actuar.
Ayer mencionamos en este espacio a Francisco Garduño como problema en lugar de ofrecer soluciones en materia migratoria.
Tampoco se ha instalado en su lugar al ex gobernador poblano Sergio Salomón Céspedes como lo anunció la presidenta Claudia Sheinbaum antes de rendir protesta.
Pero ayer, en buen momento en víspera de las deportaciones masivas, aparecieron ambos en Palacio Nacional y tal vez por fin se dé el cambio en el Instituto Nacional de Migración.
Hoy en el discurso de la mañana habrá más datos de acciones futuras del gobierno mexicano y quizá por fin se dé el relevo para superar la errática política migratoria implantada desde el sexenio pasado.