La nueva naturaleza del episcopado mexicano
Era cuestión de tiempo y aquí lo adelantamos:
El gobierno y su partido se habían lanzado a la caza de senadores electos de la supuesta oposición para alcanzar la mayoría calificada.
Diferente a la famosa sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados, donde la decisión está a merced de los consejeros del Instituto Nacional Electoral.
Era objetivo clave para Palacio Nacional.
Andrés Manuel López Obrador no presentó todas sus iniciativas durante la primera mitad de su mandato a pesar de tener los dos tercios necesarios en San Lázaro.
No contaba con ellos en el Senado de la República y en varias ocasiones las bancadas opositoras le negaron su apoyo para sacar iniciativas de reformas constitucionales importantes.
En el segundo trienio la Cámara de Diputados se convirtió en retén porque, merced a sus triunfos de 2021, actuaron en bloque los legisladores de PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
EL PODER DEL PODER
Eso se acabó.
Aunque todavía falta la palabra final del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, nadie duda de la votación favorable de los magistrados para entregar 364 curules a Morena, PT y Verde.
Inclusive aventuran el resultado: tres sufragios a favor de la presidenta Mónica Soto, Felipe de la Mata y Felipe Fuentes Barrera y posiblemente el voto en contra Janine Otálora y Reyes Rodríguez Mondragón.
Posiblemente, porque no se descarta el voto unánime para avalar la votación encabezada por Guadalupe Taddei en el INE.
Dos premios los esperan: con su decisión tendrían la posibilidad de mantener el cargo e inclusive proyectarse para una reelección con el aval del Poder Ejecutivo.
Si bien ellos cinco estarían en condiciones de dar una representación equilibrada a la oposición en la Cámara de Diputados, nada podrán hacer por los senadores.
Con una gran ventaja: el futuro coordinador senatorial, Adán Augusto López, está en condiciones de elegir a quiénes incorporará su bancada porque hay muchos interesados en dar el salto.
De entrada se dan por seguros los dos perredistas sin partido, Araceli Saucedo y José Sabino Herrera, a quienes se sumarían más nombres de otros partidos.
Aquí lo adelantamos en julio pasado: van bien las negociaciones con el priísta poblano Néstor Camarillo y la panista quintanarroense Mayuli Martínez, a quien le despejó el camino la gobernadora Mara Lezama al negociar con el PVEM el no registro de candidata propia.
EL PAN SE DESANGRA
El poder ingre.
Quien lo dude puede asomarse a las oficinas del PAN, donde Marko Cortés trabaja para prolongar el control del partido por unos cuantos.
Lo acaban de pulsar un grupo de las familias de abolengo azul, herederos de Manuel Gómez Morín, Efraín González Luna y otros nombres ínclitos.
Ellos pidieron una cita con la cúpula panista y se les invitó a una residencia en Bosques de las Lomas para dialogar sobre el futuro del partido y reclamar la recuperación de doctrina y estrategias.
Otro planteamiento sería no incurrir en más alianzas con otros partidos.
Pero solamente acudió Jorge Romero -el seguro próximo dirigente- y se convino convocar a otra reunión, tentativamente para mañana jueves, a fin de regresar al PAN a la sociedad.
Si el partido sigue cooptado, advirtieron, renunciarán en masa para tener eco mediático y político.