Visión financiera/Georgina Howard
Es una costumbre histórica.
O deformación.
Pero la burocracia, casi dos millones de no siempre llamados con justificación servidores públicos, reclama dinero del erario por irse.
Bono de fin de sexenio, le llaman.
O indemnización porque sus contratos terminan y, como sucede administración tras administración, reciben sumas millonarias para irse a bien vivir.
Hoy no es la excepción.
Lo vimos con Francisco Garduño, el comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM) bajo cuyo cuidado (¿?) murieron 40 migrantes el 27 de marzo de 2023 en una mazmorra a su cargo -es un eufemismo- en Ciudad Juárez.
Lo decíamos el lunes en este espacio: en teoría está bajo juicio pero en libertad, con su salario íntegro, sus generosas prestaciones, sus viáticos, sus gastos de representación y un sinfín de beneficios.
Así seguirá un tiempo más por ser lópezobradorista.
GARDUÑO MINTIÓ
Es un caso paradigmático.
Francisco Garduño presumió la semana pasada su ratificación al frente del INM por la presidenta Claudia Sheinbaum pese a su mal manejo de la política migratoria.
Mintió y ayer lo confirmó la propia mandataria, quien lo sustituirá con Sergio Salomón cuando éste deje la gubernatura de Puebla a Alejandro Armenta, en quien sus paisanos han puesto sus esperanzas.
Como Garduño, muchos funcionarios, de subsecretarios a directores generales y oficiales mayores, fincan su esperanza en su amistad, lealtad y confianza de quien los designó, Andrés Manuel López Obrador.
Y como él, cientos de ellos deberán desalojar sus oficinas.
Ah, pero Claudia Sheinbaum no quiere hacer escándalo y para ello ha pedido negociar su situación, en algunos casos de manera individual, y esperar un tiempo prudente.
¿Cuánto?
La asegunda quincena de noviembre con pago de aguinaldo y salario decembrino porque para enero los equipos de todas las dependencias deberán estar integradas por confiables.
VOZ DE LOS PARIAS
1.- Hasta aquí hemos hablado de personal de confianza.
Pero atrás hay cientos de miles, los parias de la administración federal, quienes no tienen ninguna posibilidad de hablar con sus superiores y menos mejorar su condición.
Su única esperanza: las negociaciones en marcha del eterno dirigente de la FSTSE, Joel Ayala, quien logra beneficios cada seis años.
Ayala ha agregado un pliego petitorio más ambicioso: plaza a quienes no la tienen e incrementos anuales con todos sus derechos de seguridad social y laboral.
2.- A tal tarea también está consagrado el secretario general del SNTE, Alfonso Cepeda, quien pretende asegurar la planta a todo el magisterio: más de 1.8 millones de profesores y personal administrativo de la SEP.
Durante la administración pasada consiguió ese beneficio para casi un millón de sentistas, un problema incubado desde hace decenios y cuyo final requiere trabajar en varias vías.
Voluntad política, reconocimiento de quienes han laborado sin certidumbre y gestión de recursos con la secretaría de Hacienda de Rogelio Ramírez de la O.
Y 3.- por si había dudas: la gobernadora Evelyn Salgado tuvo pleno respaldo de López Obrador y se lo ha reiterado Claudia Sheinbaum.
Apoyo indispensable para superar la devastación del huracán John cuando todavía no superaba problemas heredados por Otis.