El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
¿Vio usted antenoche cómo se burlaba Claudia Sheinbaum de sus contrincantes?
El aguijón de la hija política de Andrés Manuel López iba contra dos de sus adversarios, la panista/perredista/emecista Alejandra Barrales y el priísta/nopriísta Mikel Arriola.
Pues fue un adelanto de cuanto veremos el domingo próximo.
Ese hombre de eterno desprecio para quienes difieren de él lleva ventaja suficiente en las encuestas para reírse de quienes lo cuestionarán el 22 de abril en red nacional, el panista/perredista/emecista Ricardo Anaya y el priista/nopriísta José Antonio Meade.
El de Macuspana no asimilará dardos, no caerá en provocaciones “porque así me lo han recomendado mis asesores”, ironizará con quienes lo provoquen y flotará entre bromas y veras para debatir.
Endiosado de sí mismo, López tomará las pastillas necesarias –recomendadas por su cardiólogo– para no alterarse los nervios ante quienes pretenderán sacarlo de (sin)razón para exhibir su intolerancia.
Y si todo sale como él lo programa, Anaya y Meade se quedarán frustrados por perder acaso su única oportunidad para mostrar al verdadero y verdadero candidato presidencial.
Desánimo en frentes de Anaya y de Meade
Como su personera Claudia Sheinbaum, Andrés Manuel López acudirá con ventaja de sobra.
A poco más de dos meses de las elecciones, no le importará dilapidar algunos puntos pues, al fin de cuentas, ¿cuántos mexicanos verán el debate dominical?
Aunque claro, Anaya no es Alejandra Barrales y quién sabe si ni Meade sea Arriola –nadie lo conoce en confrontaciones– para no cuestionar ni refutar cuando debieron hacerlo contra la empleada de El Peje.
Aquí está la novedad:
El entorno de Ricardo Anaya ha comenzado a valorar si conviene lanzarse al cuello de López con la intención de ahorcarlo en aras de ganar algunos puntitos.
Sobre la mesa de discusión tienen análisis: ninguno de los ataques orquestados hasta ahora le ha dañado y, algo peor, analizaron sus críticas al nuevo aeropuerto y el uso de avión privado y, ¿sabe qué?
-No lo afectan.
Además, si perdiera algunos puntos tampoco es previsible su traslado automático a Anaya, aunque justamente el miércoles un grupo de sus asesores aseguró que con su oposición al aeropuerto, su enfrentamiento con el gran capital y el uso de aviones privados le restarían cinco puntos.
Tres de ellos irían para el queretano y los dos restantes para Meade o Margarita Zavala, según concluyeron con sus algoritmos y demás análisis políticos.
En el priismo piensan distinto.
Todavía ayer la estrategia para Meade era atacar al panista y al dueño, gerente, amo y todo del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en ese orden.
De poco le serviría, pues hasta ahora acusa y pierde.
Tras escuchar a los tres equipos –los independiente son figuran– aventuro una conclusión: el desánimo ha aterrizado tanto en el Por México al Frente como en Todos por México.
Por el contrario, en Juntos vamos a hacer historia hay soberbia de sobra.
Regias viandas para apóstoles austeros
Los comensales del exclusivo restaurante Teppan Grill quedaron impactados ayer.
La presidenta de esos apóstoles de la austeridad de Morena, Yeidckol Polevnsky, disfrutaba los mejores manjares japoneses conocidos en la Ciudad de México.
Obvio, y los más caros.
Austeridad republicana, le llamaba Benito Juárez, cuya reminiscencia nos quiere vender el señor de Tabasco.