Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
No es tiempo de cifras.
Pero el compromiso deberá cumplirse el 15 de noviembre, cuando la Cámara de Diputados apruebe el gasto federal para 2021.
La atención mayor estará centrada en el reparto de dinero para las 32 entidades federativas, una lucha desde distintos frentes.
Todos los gobernadores y la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum reclaman más recursos porque como nunca las necesidades los han rebasado.
Los más incisivos han sido los miembros de la Alianza Federalista y la Asociación de Gobernadores de Acción Nacional (Goan).
Ninguno de ellos, ni individual ni colectivamente, tiene acceso a Palacio Nacional pero todos pueden ser beneficiarios si la palabra se respeta.
A falta de ese diálogo, buscan las vías alternas a donde los ha mandado el presidente: para lo político la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y para lo económico Arturo Herrera.
El conducto institucional ha sido la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), a cuyos integrantes el secretario de Hacienda les tiende la zanahoria de un nuevo pacto fiscal.
Pero hay otros avances.
Pero menos recursos
Ayer la secretaria Olga Sánchez Cordero recibió a los gobernadores priístas.
Les anunció un propósito:
El reparto de los fondos federales se hará de manera más equitativa, cuanto eso signifique y cuya fórmula pronto habremos de conocer.
La discusión se centrará en la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de la Cámara de Diputados, presidida por Erasmo Robledo.
Como morenista, Robledo está obligado a atender las instrucciones superiores, aunque tendrá serias limitaciones por varias razones: el dinero es menor en términos reales a los años anteriores.
Dicho en otros términos: bajo cualquier fórmula los estados recibirán menos al año en curso y precedentes, pero con menores injusticias.
Con esa convicción salieron de Gobernación Claudia Pavlovich, a quien luego Sánchez Cordero le envió un saludo especial, Quirino Ordaz, Juan Manuel Carreras, Omar Fayad, Miguel Riquelme y demás gobernadores priístas.
Los beneficiarios del arreglo serán los 32, sin importar partido político, su cercanía con el poder o su distancia ideológica de Palacio Nacional.
Muertos y el orgullo
1.- El gobierno federal está orgulloso de su política sanitaria en tiempos de Covid.
Tanto como para lanzar al Consejo de Salubridad General (CSG y no por las siglas de Carlos Salinas de Gortari) a promoverlo internacionalmente.
Su reporte entusiasma porque en varios lugares de Europa ha gustado el uso del semáforo de cuatro colores: rojo en condiciones extremas, naranja en graves, amarillo en tolerables y verde en mínimas.
Pronto el tema saltará en las conferencias de rutina y ya comenzó una campaña en el gabinete y entre gobernadores para acuerpar esta noticia.
2.- Es significativo: mientras fallan las sesiones a distancia en la Cámara de Diputados, en el Senado Ricardo Monreal prepara institucionalizar esta fórmula y para ello cuida detalles.
Y 3.- no todo entre mandatarios federalistas merece la censura central.
Por ejemplo, Tamaulipas es el estado con menos observaciones del auditor David Colmenares y el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca lo celebra.