Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
Hay relaciones muy tortuosas con Palacio Nacional.
Muchas son conocidas y de todos los signos:
El guanajuatense Diego Sinhue.
El michoacano Silvano Aureoles.
El jalisciense Enrique Alfaro.
El queretano Francisco Domínguez.
Pero ninguna tan difícil, y lo hemos señalado aquí de manera reiterada, como la del tamaulipeco Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Más allá de su historia personal, la cual sustentará o anulará las acusaciones, le ha puesto pecho al mismísimo presidente cuando ha podido.
Señalado por recibir dinero para votar por la reforma energética de Enrique Peña, García Cabeza de Vaca le exigió al mandatario no dar crédito “a un delincuente confeso” como Emilio Lozoya.
Si eso fue sentido como una irreverencia –y el gesto de aquellos videos son la mejor prueba–, más lo fue compararse con el presidente.
Ante las cámaras de la nación le recordó la persecución de 2004, cuando su secretario particular René Bejarano fue exhibido con fajos y miles y miles de dólares.
-Entre más poderosos son los adversarios, más fuerte es la embestida -asentó.
El espejo tamaulipeco
El enojo viene de antes.
Aquí hemos citado el rechazo presidencial hacia Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien no ha tenido una sola cita individual con el titular del Poder Ejecutivo.
Sí la han tenido otros, sobre todo los seis socios de militancia política.
Los adversarios han medido riesgos de venganza y han debido recular.
Silvano Aureoles dejó la confrontación cruda tras los daños económicos por los bloqueos ferroviarios de la CNTE.
Enrique Alfaro busca conciliar luego de amenazar con romper el pacto fiscal y establecer sus propias reglas de captación.
Jaime Rodríguez El Bronco ya es cercano y hasta dice identificarse con muchos proyectos del actual gobierno federal.
Diego Sinhue ha cedido, sobre todo en temas de seguridad.
Aunque ellos todavía tengan roces, hoy las únicas voces disidentes son el panista García Cabeza de Vaca y el priísta Miguel Riquelme, enemigo público de la (contra) reforma eléctrica y de la cancelación de planes de gas para abastecer las plantas.
Todos deben verse en el espejo del gobernador tamaulipeco.
Más fugas de priístas
1.- No tiene fin la diáspora de priístas.
Desde hace meses, con y sin alianza opositora, varios cuadros conspicuos del PRI hicieron varias propuestas.
La principal de ellas acaso era entregar candidaturas a militantes generadores de votos para reposicionar al partido.
En la lista presentada a Alejandro Moreno, Alito, fue postular ex gobernadores, ex alcaldes y ex líderes de sectores.
Uno de ellos era Manuel Andrade, quien expresaba su deseo de ser diputado federal de mayoría, lo cual lo hubiese obligado a hacer campaña.
Inclusive se sugirió someter a consulta interna las listas de candidatos a diputados plurinominales, al final llenadas con compadres y amigos.
No se atendió la sugerencia y Andrade va para candidato perredista en el municipio del Centro, donde es cabecera Villahermosa.
Otra fuga del PRI, como también las tienen PAN y PRD.
Y 2.- Ricardo Monreal volvió a arar sobre terreno regado.
Pidió al presidente argentino Alberto Fernández hacer una alianza internacional de izquierda.
Es “un enorme reto vencer las inercias, la resistencia de las estructuras sociales y jurídicas del poder”, advirtió el líder senatorial.