Abanico
A los cambios en el gabinete seguirán cambios políticos.
Uno de estos afecta a la oposición y en especial a gobernadores.
Si antes era difícil a los mandatarios estatales de oposición ser recibidos por el titular de Palacio Nacional, en el futuro será prácticamente imposible.
Algunos sí contaron con esa distinción: el duranguense José Rosas Aispuro, el quintanarroense Carlos Joaquín, el potosino Juan Manuel Carreras, la sonorense Claudia Pavlovich…
Fueron afortunados pero no tanto como los propios: el bajacaliforniano Jaime Bonilla, el veracruzano Cuitláhuac García y no se diga el tabasqueño Adán Augusto.
Otros de plano saben la inutilidad de solicitar audiencia: el michoacano Silvano Aureoles, el colimense Ignacio Peralta, y el tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca.
Ellos están vetados por el propio presidente y a los tres les espera la persecución en cuanto entreguen el poder, los dos primeros por haber culminado su ejercicio.
El panista, en cambio, deberá esperar a su nueva Legislatura –dominada por Morena– para adentrarse en el destino de sevicia manifiesta desde hace tiempo.
Sin frente al frente
Se han facilitado las cosas a Palacio Nacional.
Por una parte, las derrotas de priístas, panistas y el perredista en junio han debilitado todos los bloques conformados por ellos.
A estas alturas apenas sobrevive en estado de inanición la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) pese a los postreros impulsos de Juan Manuel Carreras y Claudia Pavlovich.
También es diáfano el nuevo panorama: los morenistas –todos escogidos por López Obrador– no revivirán ese organismo nacido a impulso de Ricardo Monreal y José Murat para fortalecer el frente contra Vicente Fox.
Y si la Conago va hacia su extinción, ya ni hablar de la Alianza Federalista de priístas, panistas, Silvano Aureoles y Enrique Alfaro o de la Asociación de Gobernadores de Acción Nacional (Goan).
O sea: si los sobrevivientes quieren algún trato, deberán hacerlo con Adán Augusto López con el tono marcado por el titular del Ejecutivo.
A clases sin pretexto
1.- La política escolar del gobierno puede cambiar en días.
El regreso a clases presenciales no ha tenido la respuesta deseada y por ello en varias entidades se analiza hacerlo obligatorio.
Esta pretensión llevará a negociaciones intensas entre las secretarías estatales y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de Alfonso Cepeda.
Será un fin de semana agitado porque autoridades, maestros y padres de familia, unidos en comisiones, deberán supervisar la situación de los planteles.
Por lo investigado, el plan es forzar la presencia de maestros de lunes a viernes y ralentizar la de los alumnos: clases dos días en promedio por semana con horarios reducidos.
Y 2.- los cambios a las leyes electorales es deseada por muchos actores.
A los propósitos presidenciales y a las iniciativas de Ricardo Monreal y de la oposición se suma el planteamiento de Alejandro Murat.
El gobernador de Oaxaca asistió a un acto de la Facultad de Arquitectura de la universidad estatal donde habló sobre actos de su administración, razón por la cual fue reconvenido.
El Trife ordenó al Congreso del Estado determinar la sanción, la cual espera Murat pero también cambios legislativos “acordes con los tiempos que vivimos”.