Abanico
Era todo.
Amabilidad si el visitante de Palacio Nacional no tenía el rechazo del titular del Poder Ejecutivo.
Valladar intransitable cuando su jefe no quería recibir a alguien y ponía cualquier pretexto.
O de plano mazo si el intruso es de los neoliberales, corruptos o comerciantes del poder público.
Un ejemplo:
Un priísta, paradigma del priísmo –y no es pleonasmo–, buscó con insistencia a López Obrador a principios de 2019.
Fueron meses de lucha.
A mediados de ese año, quien es visto como insignia del pasado logró la invitación para acudir a la sede del Poder Ejecutivo.
Acudió emocionado.
Pero lo atajó Julio Scherer Ibarra y con un tono poco amigable le informó:
-El presidente no te recibirá.
-Pero si he pedido cita con él. Sólo quiero decirle que quiero retirarme de la política, que no seré obstáculo para su proyecto de gobierno…
-Sí, pero debo informarte: “El señor presidente ha recibido el avance de tu información y me pide que te informe que no procederá en contra tuya que puedes estar tranquilo…”.
-¿Qué debo entender?
-Simple: que debes retirarse totalmente de la actividad pública. Pero ya no harás negocios con la venta de medicamentos al sector salud. Es todo cuanto debo decirte…”.
Gobernadores, líderes, opositores…
A aquella reunión siguieron otras.
Acudieron gobernadores de oposición y Julio Scherer Ibarra escuchó los planteamientos con una respuesta muchas veces repetidas:
-Con gusto le informo al señor presidente. Pero no te prometo nada.
Así negó incremento de partidas presupuestales –“ve con Arturo Herrera, él fue informado de tu petición”– y de cosas menores como visitas a los estados.
-El presidente irá a tu estado cuando lo crea conveniente, no antes… Yo te informo.
Con otros era distinto:
-Gobernador: el presidente me dice que te espera el jueves próximo a las once de la mañana. Entras por la puerta fulana para que nadie te vea y llegas directo conmigo.
Eso hacía, eso hizo Julio Scherer Ibarra durante dos años y ocho meses sin desacatar ninguna instrucción del tabasqueño.
Hoy lo lamentan gobernadores, políticos de todo signo, empresarios y legisladores: ya no tienen interlocutor en Palacio Nacional.
Rechazo a revocación de mandato
1.- Lo adelantamos aquí el miércoles:
La convocatoria a la consulta de marzo de 2022 no será para la revocación de mandato, sino con la intención de recibir el apoyo popular.
Nada de revocación de mandato, como dice la Constitución, titulamos el texto y el Poder Legislativo se apresta a cumplir la instrucción presidencial.
Es decir, todo el discurso de ser valorado por pérdida de confianza, traición a la patria o cuanto se quiera, quedará en el vacío.
¿Y el artículo 35 constitucional por aquello de “Son derechos de la ciudadanía… IX.- participar en la revocación de mandato..?
Lo sentimos: estamos en campaña permanente para honrar al nuevo dios.
Y 2.- hay cierta preocupación en el gobierno.
Necesita los votos del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), pero la relación presidencial con Manuel Velasco se ha desgastado.
Hoy el senador y ex gobernador de Chiapas tiene el liderazgo del partido antaño manejado por la familia González Martínez.
Un mérito porque al menos hay renovación.