Abanico
Ninguno se engaña.
López Obrador no cambia ni cambiará jamás de opinión sobre asuntos de su interés personal, con el país en segundo término.
Y el mayor de ellos, de tiempo a este momento, es trabajar por la sucesión, para lo cual ha escogido Claudia Sheinbaum.
Lo saben a la perfección Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, desde el principio del sexenio dos aspirantes a la candidatura presidencial.
Los dos van contra la maquinaria y esto no cuenta su organización, Morena, y menos su dirigente Mario Delgado.
Todos lo sabemos: las decisiones de gobierno son unipersonales, como las candidaturas, el manejo de Morena y el aparato asistencialista del gobierno.
Esta será reforzada en la segunda mitad del sexenio a partir de 2022 y aceitada con el dinero privado dedicado a programas de beneficencia pública.
López Obrador vía Los Siervos de la Nación -Cuervos de la nación, les dice Alejandro Moreno, Alito- hoy entregan en su nombre el dinero y lo cobrará en votos en junio de 2024.
Compromiso: respeto mutuo
Muchos analistas ven un frente anti Claudia Sheinbaum.
Mentira.
Ha sido un diálogo civilizado, apenas con referencias a la decisión presidencial de ir con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard dicen respetarse mutuamente y piensan, muy simple, en arrancar al tabasqueño la apertura del proceso interno.
En eso irían juntos, pero competirían internamente en condiciones de igualdad y en elección interna, no en consulta como quiere López Obrador.
Acepte usted el parangón.
El miércoles 17 de marzo de 1994 se reunieron en casa del oaxaqueño Luis Martínez Fernández del Campo, los dos personajes más importantes de aquel momento.
Luis Donaldo Colosio, candidato priísta a la Presidencia, pidió a Manuel Camacho no usar políticamente el conflicto de Chiapas.
No hubo acuerdo.
Pero, me dijo Luis Donaldo Colosio el sábado 19 de marzo, se ratificaron el respeto mutuo y jamás invitó a Camacho su equipo-
-Nos conocíamos, nos medimos sin llegar a ningún acuerdo -me subrayó Colosio delante del general Domiro García Reyes.
En esas están Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard.
La antidemocracia de Napito
1.- Justo cuando López Obrador hablaba en Palacio Nacional de democracia sindical, la realidad lo desmentía.
Napoleón Gómez Urrutia, Napito, ganó con… ¡99 por ciento de los votos en el sindicato minero, como en los viejos tiempos del charrismo cetemista!
Sí, tuvo 20 mil 343 votos a favor y… ¡sólo 49 en contra!
Es el modelo de la 4t lópezobradorista con la cual viola el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, T-MEC.
2.- Los miembros de la cúpula priísta no tiene llenadera, como decía la abuela.
Alejandro Moreno es el presidente del partido, diputado federal, presidente de una comisión importante en la Cámara y tótem tricolor.
Rubén Moreira también es miembro del Comité Ejecutivo y coordinador de su bancada en San Lázaro.
Y su esposa Carolina Viggiano es secretaria general del PRI, diputada federal y hoy rendirá en Hidalgo protesta como dirigente del colectivo feminista 50+1.
Y por si fuera poco, será candidata del PRI a gobernadora, marcada para perder por su falta de arraigo social y político.
Y 3.- gran parte de la apuesta de Alejandro Murat para desarrollar Oaxaca está en el corredor interoceánico.
El tema atraer internacionalmente y por eso estuvo el flamante embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, donde tomó datos de los parques industriales posibles.