Abanico
Formalmente todo fue terso.
Al estilo priísta.
Se esperaba la participación de dos o tres contendientes pero al final, tras una reunión previa, se decidió llevar candidato de unidad.
Así se fortaleció Miguel Ángel Osorio Chong, un nombre manejado de principio a fin para coordinar la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La duda estaba en el comportamiento de Beatriz Paredes, quien ha recorrido toda la escala partidista y el control de los tricolores en la Cámara de Diputados.
No encontró eco y para entender su estado de ánimo basta verla en la fotografía mientras el ex secretario de Gobernación rinde protesta.
Son muy pocos –apenas 13- y todos tendrán posiciones y funciones para ser oposición digna y racional en el Senado de la República en las próximas dos Legislaturas.
Jorge Carlos Ramírez Marín, único senador de mayoría, tiene experiencia para presidir la mesa directiva cuando el diálogo o el turno toque al PRI.
Manuel Añorve es hábil en la negociación y por ahí viene su encomienda, mientras su paisana Claudia Ruiz Massieu esperará su futuro al frente del partido.
Y JUÁREZ CISNEROS SE FORTALECE
Porque la pinza se cerrará en San Lázaro.
René Juárez Cisneros persiste en su esfuerzo de unir a la bancada priísta más escuálida en la Cámara de Diputados –apenas 45- y rendirá protesta la semana próxima.
Miguel Ángel Osorio Chong y Juárez Cisneros llegan como un paso intermedio de la militancia por recuperar su partido tras imposiciones de Los Pinos por todas las vías: desplazamientos de los propios y candidaturas a ajenos.
Si bien ambos estarán centrados en realizar un papel crítico y de control desde el Poder Legislativo, tienen las posiciones deseadas para esperar el momento oportuno de hacerse del PRI.
El primer pulso se tendrá en la próxima sesión del Consejo Político Nacional (CPN), cuando la atención se centrará en ver si se mantiene Claudia Ruiz Massieu o los consejeros piden un o una dirigente de tiempo completo.
Si no es ratificada, su función estará en el Senado de la República y empezará la renovación de un PRI todavía estupefacto con el voto adverso de la ciudadanía el 1 de julio.
Todo se hará con tacto porque, de lo contrario, se exasperarán más los ánimos y la diáspora pondría al partido más antiguo al borde de la desaparición.
LA REUNIÓN SALINAS-CASTAÑEDA
1.- La columna del lunes pasado sobre Agustín Gutiérrez Canet –‘El periodismo es chinga’; ‘¿Ah sí…? Pues chínguense’- ha despertado curiosidad.
Y también algunas precisiones.
La principal: la entrevista entre Carlos Salinas y Jorge Castañeda no fue como consigné, en la residencia oficial ocupada por Gutiérrez Canet, sino en un restaurante.
Pero Castañeda utilizó esa casa oficial sin conocimiento y consentimiento de ese objetivo, a gestión de su medio hermano Andrés Rozental Gutman.
Enojado, Ernesto Zedillo sancionó a los dos, Rozental Gutman y Gutiérrez Canet, por considerarlos traidores a su gobierno.
Hasta dónde llegaba el odio hacia Salinas.
Y 2.- la alcaldía de Ciudad Juárez no está decidida.
Avanzan los recursos del independiente Armando Cabada y al centro del debate estarán los órganos electorales de Chihuahua, proclives al ex priísta y duartista y morenista Javier González Mocken.
El caso, lo veremos, se decidirá en el Trife.