Ráfaga/Jorge Herrera Valenzuela
Los partidos integrantes de la alianza Va por México nos venden un discurso de unidad inquebrantable para asuntos importantes.
El turno es de la (contra) reforma eléctrica y por ello hasta montaron un espectáculo de pernocta en el Palacio Legislativo de San Lázaro.
Si así fuera, el gobierno y sus siervos Morena, PT y PVEM no lograrían sacar la iniciativa presidencial el domingo o la semana próxima.
El problema está enfrente.
Atrás de las promesas de unidad, de dique infranqueable al oficialismo, entre panistas, priístas, perredistas y emecista circula una pregunta en silencio:
-¿Quién o quiénes serán el traidores?
Porque caben al menos dos respuestas:
El voto a favor de la propuesta de Palacio Nacional podría ser de toda una fracción, aunque en este caso sólo PAN y PRI pueden darle mayoría constitucional.
O bien decisiones individuales para anexar los 53 votos necesarios a la Cámara de Diputados para satisfacer al Ejecutivo federal.
LOS MÁS SOSPECHOSOS
El pulso es distinto.
El grupo más homogéneo es el del Partido Acción Nacional (PAN) y no precisamente por la convocatoria de su presidente Marko Cortés.
Amén de rechazo ideológico a la iniciativa -la derecha siempre estará por la libre empresa-, Jorge Romero y Santiago Creel tienen el control del grupo.
En Movimiento Ciudadano (MC) sólo hay una voluntad, la del fundador, guía y senador Dante Delgado, quien ha garantizado mantenerse leal al compromiso.
En el perredismo la bancada de Luis Cházaro podría tener defecciones, pero no es objeto del gobierno porque su número no resuelve sus matemáticas.
La mira del poder siempre ha estado sobre el Partido Revolucionario Institucional (PRI), sobre cuyo dirigente Alejandro Moreno y coordinador Rubén Moreira hay sospechas.
Fueron los últimos en definirse y para mostrar fortaleza han recurrido a las amenazas: quienes se alíen al oficialismo serán expulsados.
-jajajaja -se ríen Quirino Ordaz, Claudia Pavlovich y Carlos Miguel Aysa, a quien Alito heredó la gubernatura de Campeche por confiable.
Aun así, desde Palacio Nacional son exhortados a rebelarse para traicionar a México, pues la voluntad presidencial, y nadie más, define quién está con la historia y quién contra ella.
Pronto conoceremos el desenlace.
A LA COMPRA DE VOTOS
Por cierto:
Todos ellos, panistas, priístas, perredistas y emecistas, reciben no solamente invitaciones a votar a favor de la (contra)reforma eléctrica, sino mucho más.
Tienen espacio, se les dice, en alguna de las bancadas al servicio del régimen: Morena, PT o Verde, y la posibilidad de acceder a comisiones.
Eso significa, naturalmente, prebendas económicas.
También se les describe un futuro con mayores opciones políticas: cargos públicos, administrativos, espacios para recomendados, etcétera.
Y a no pocos se les ha deslizado la existencia de investigaciones sobre actividades pasadas o presentes algo o muy comprometedoras.
¿Amenazas?
Bueno, tal vez no haya político con el historial limpio y bastaría una filtración a medios de comunicación, un tuit o mensaje en redes sociales para desacreditarlos.
-No me extraña. Esa ha sido una práctica muy vieja, desde el viejo PRI -comenta el ex gobernador de Morelos y ex vice coordinador del PAN durante la Legislatura pasada, Marco Antonio Adame.
Lo dicho arriba: estamos por ver los resultados.