Visión financiera/Georgina Howard
Nada.
Ni fiscal anticorrupción, ni fiscal general ni ley contra huachicoleros.
No importan los reclamos de la sociedad.
Ninguno de esos temas pasará por el Congreso de la Unión si antes los órganos electorales no entregan Coahuila al Partido Acción Nacional (PAN).
Es el empeño personal del presidente de ese estamento político, Ricardo Anaya, en aras de fortalecer sus aspiraciones como candidato presidencial para el 2018.
Y como el Instituto Nacional Electoral (INE) no puede anular las votaciones, como ya aclaró en su nombre el presidente Lorenzo Córdova, la agenda legislativa seguirá paralizada.
No hay manera de mover al Poder Legislativo durante el actual receso.
El PAN tiene el control absoluto de ambos cuerpos colegiados:
La panista María Guadalupe Murguía es presidenta de la Cámara de Diputados y el panista Fernando Herrera es presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado de la República.
Ellos podrían desatorar al Congreso, pero no hay preparativos para un período extraordinario de sesiones.
DECISIÓN DE COAHUILA HASTA NOVIEMBRE
El problema va más allá del receso legislativo.
Por ley el Congreso de la Unión iniciará su siguiente período ordinario de sesiones –el penúltimo de la presente Legislatura- el primero de septiembre próximo.
Pero si el panista Ricardo Anaya mantiene el boicot post electoral, ni entonces comenzarán a avanzar los asuntos tan esperados por la sociedad mexicana.
Le explico por qué:
Los procesos judiciales, todos lo sabemos, son lentos y mantienen su propia agenda.
Históricamente el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) toma sus decisiones en víspera de la asunción de los nuevos gobernadores.
Si de anulaciones hablamos, aconteció en Tabasco cuando invalidó la elección de Manuel Andrade Díaz en 28 de diciembre de 2000, horas antes de terminar el gobierno de Roberto Madrazo, y ha sido la tónica en los dos fenómenos similares de Colima.
Con esa agenda, los magistrados llevarán hasta noviembre el análisis de Coahuila y hasta la segunda quincena conoceremos su decisión porque Miguel Riquelme, si se ratifica su triunfo, debería suceder el 30 de noviembre a Rubén Moreira.
Para entonces ya estará en expiración el período ordinario de sesiones con un Congreso rehén de las ambiciones político-electorales del panista Ricardo Anaya.
Muchos meses de parálisis, ¿verdad?
SENADO: MEDICIÓN DE FUERZA PAN-PRI
1.- Emilio Gamboa pondrá a prueba -o en demostración, según se entienda- su poder en el Senado de la República.
Intentará fortalecer a la Junta de Coordinación de Fernando Herrera para desatorar la agenda legislativa, en especial lo relativo al fiscal anticorrupción.
No hay voluntad.
Y 2.- suena raro, pero en ocasiones ni la credencial de elector sirve en trámites oficiales.
Le sucedió al colega Armando Ortiz, quien a pesar de cita, documentos en regla e identificaciones oficiales, tardó ¡más de cuatro horas! para obtener el pasaporte de su hija –menor de edad- en el módulo de Mundo E, en Tlalnepantla.
¿Lo sabrá el canciller Luis Videgaray?