Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
El pleito perredista ha destapado muchos vicios.
Vicios y corrupción, debiera decirse.
Vea usted:
Desde hace muchos años los partidos han abierto espacio a diputados y senadores dizque de la sociedad civil o externos, sin compromiso ideológico y político alguno.
Es decir, llegan a la Cámara de Diputados o al Senado de la República y andan con su aureola de puristas como si no tuviesen misión o responsabilidad alguna.
Esta vieja práctica la vimos en 2012.
Al amparo de la alianza de Andrés Manuel López –Partido de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano (MC), Partido del Trabajo (PT)– hubo postulaciones y se integraron planillas.
Y ahí entraron muchos.
Por ejemplo, Manuel Bartlett, Layda Sansores, Ana Gabriela Guevara, Marco Antonio Blázquez y muchos más con quienes debió negociarse para formar una bancada –el mínimo era cinco integrantes– del PT.
¿Con qué fin?
Con el exclusivo objetivo de alcanzar prerrogativas y cientos de millones de pesos al año para repartirse para labores nobles y al final para ellos mismos o en este caso su jefe máximo, El Peje.
Dinero público sin ninguna obligación
El cachirul está a vistas:
¿Cuántos de ellos militan formalmente en el Partido del Trabajo, franquicia ad perpetuam de Alberto Anaya?
Lo mismo sucede con el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
¿Cuántos de los tránsfugas de hoy eran militantes formales del PRD en 2012, al ser postulados?
Ah, pero en aquel momento por conveniencia se aliaron Los Chuchos con Andrés Manuel López y la dirigencia de Jesús Zambrano apoyó a muchos candidatos sin compromiso con la izquierda o con el partido.
Resultado: ahora son los caballos perredistas en el Senado –caballos de Troya, llamó en 1986 Adolfo Lugo Verduzco a Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y demás integrantes de la Corriente Democrática– a punto de dinamitar una bancada sin cohesión ideológica y política.
Hablo del tema con el senador Manuel Cárdenas Fonseca y no duda:
-Es una corrupción evidente.
-¿Por qué?
-Porque es una manifiesta y evidente asignación ilegal de recursos… Cientos de millones de pesos.
Y precisamente Cárdenas Fonseca presentará hoy una denuncia ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF) para empezar a ventilar este tema.
Interesante, ¿verdad?
Más de tres mil millones a fracciones
Pesos más, pesos menos, las bancadas se autoasignan más de tres mil millones de pesos al año y se reparten de la siguiente manera: 30 por ciento a los grupos constituidos y 70 por ciento de acuerdo al número.
Eso habla por qué Andrés Manuel López se relame en espera de cien millones de pesos del Senado con la suma del PT de Manuel Bartlett, el primer pejista, y quienes buscan incorporarse a su campaña.
La duda es: ¿el PRD peleará esos recursos o los dejará en manos del tabasqueño?
Ahí viene el siguiente pleito.
Ellos ya eligieron a Raúl Morón, pero el comité del PRD insiste en Dolores Padierna.
No hay democracia a la vista.