Piden México Brasil, Chile y Colombia evitar armas entre Rusia y Ucrania
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de septiembre de 2017.- En el periodo de sesiones número 72 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el secretario general António Guterres describió un mundo en situación de riesgo y llamó a cambiar de rumbo para lograr una globalización justa.
El titular de la ONU desarrolló su visión del mundo y el papel de las Naciones Unidas en siete puntos: peligro nuclear, terrorismo, conflictos, violaciones del derecho humanitario, cambio climático, desigualdad, migración – siete amenazas que son todas pruebas de la comunidad internacional en los próximos tiempos.
“Nosotros los pueblos y nuestras Naciones Unidas nos enfrentamos a graves desafíos. Nuestro mundo está en problemas. La gente está sufriendo y enojada. Ven la inseguridad creciendo, la desigualdad creciendo, la propagación de conflictos y el cambio climático”, describió y reiteró por medio de un comunicado.
“Las sociedades están fragmentadas. El discurso político está polarizado. La confianza en el interior y entre los países está siendo dirigida hacia abajo por aquellos que demonizar y dividir. Somos un mundo en pedazos. Necesitamos ser un mundo en paz”, agregó.
El primer reto que el líder de la ONU decidió abordar fue el peligro nuclear. «El uso de armas nucleares debe ser impensable. Incluso la amenaza de su uso nunca puede ser tolerada», dijo.
Guterres denunció una vez más las pruebas nucleares llevadas a cabo por la República Democrática Popular de Corea (RPDC), el peligro de la escalada nuclear y recordó el precio pagado por el pueblo norcoreano en consecuencias de las decisiones de sus líderes.
“Dentro de la misma RPDC, tales pruebas no hacen nada para aliviar la difícil situación de aquellos que sufren hambre y graves violaciones de sus derechos humanos”, dijo.
“La aprobación unánime de la resolución 2375 de la semana pasada aumenta las sanciones y envía un mensaje claro sobre las obligaciones internacionales del país”, precisó.
Corea del Norte realizó el 3 de septiembre una sexta prueba nuclear en desafío a las regulaciones internacionales de no proliferación nuclear.
El titular de la ONU insistió en la necesidad de «crear una oportunidad para el compromiso diplomático para resolver la crisis».
«Más ampliamente, todos los países deben mostrar un mayor compromiso con el objetivo universal de un mundo sin armas nucleares. Los Estados poseedores de armas nucleares tienen la especial responsabilidad de dirigir», añadió.
En segundo lugar, Antoñio Guterres abordó la amenaza global del terrorismo.
Si “nada justifica el terrorismo”, dijo, “debemos hacer más para abordar las raíces de la radicalización, incluyendo injusticias reales y percibidas y altos niveles de desempleo y agravio entre los jóvenes.”
Denunció la tentación de la represión como respuesta única a los actos terroristas.
«Tan pronto como creemos que las violaciones de los derechos humanos y las libertades democráticas son necesarias para ganar la lucha, hemos perdido la guerra”, declaró.
Agradeció a la Asamblea General que apruebe el proyecto de la Oficina de las Naciones Unidas contra el Terrorismo, una de sus iniciativas.
Aclaró su intención de convocar el año próximo la primera reunión de jefes de los organismos de lucha contra el terrorismo de los Estados.
En tercer lugar, el portavoz de la ONU denunció los conflictos y violaciones del derecho internacional humanitario.
“Las violaciones del derecho internacional humanitario son desenfrenadas y prevalece la impunidad. Los civiles están pagando el precio más alto, con mujeres y niñas que enfrentan violencia sistemática y opresión”, declaró.
Refiriéndose a la violencia contra la minoría Rohingya en Myanmar, Guterres denunció un «círculo vicioso de persecución, discriminación, radicalización y represión violenta» que «ha llevado a más de 400 mil 000 desesperados a huir, poniendo en riesgo la estabilidad regional.”
“Las autoridades de Myanmar deben poner fin a las operaciones militares y permitir un acceso humanitario sin trabas”, añadió, aludiendo a su llamada el domingo pasado a la líder Birmania y Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi , a evitar una continuación de esta que él llamó una «limpieza étnica».
«Nadie está ganando las guerras de hoy», declaró, refiriéndose a los a los conflictos que desgarran “desde Siria hasta Yemen, desde Sudán del Sur hasta el Sahel, Afganistán y otros lugares”, donde “sólo las soluciones políticas pueden traer paz”, aseguró.
“No deberíamos tener ilusiones. No seremos capaces de erradicar el terrorismo si no resolvemos los conflictos que están creando el desorden”, recordó.
“La semana pasada anuncié la creación de una Junta Asesora de Alto Nivel sobre Mediación. Esas personas eminentes nos permitirán ser más efectivos en la negociación de la paz en todo el mundo”, confió.
Esta Junta tratará de “reunir a las partes en conflicto, así como las que tienen influencia sobre ellas.”
Hablando del conflicto entre Israel y Palestina, que visitó la semana pasada, el titular de la ONU reiteró que “la solución de dos Estados sigue siendo el único camino a seguir”, y insistió en que se debe de perseguir “con urgencia.”
En cuarto lugar, António Guterres planteó el peligro del cambio climático.
«Los últimos años fueron los más calientes de la historia”, recordó, “el número de desastres naturales se ha cuadruplicado desde 1970.”
“Estoy en solidaridad con la gente del Caribe y los Estados Unidos que acaban de sufrir por el huracán Irma, la tormenta de categoría 5 más duradera jamás registrada y el Huracán María viene ya en camino”, declaró.
Subrayando las predicciones alarmantes de expertos en clima, el jefe de la ONU aseguró que “ya es hora de salir del camino de las emisiones suicidas. Sabemos lo suficiente hoy para actuar. La ciencia es inatacable.”
E instó a los gobiernos a que apliquen el Acuerdo de París sobre el clima “con una ambición cada vez mayor”.
Esta invitación es aún más solemne que el acuerdo, firmado en 2016 por 175 países, fue cuestionado por el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cuyo país ha sido duramente golpeado por las huracanes estas últimas semanas.
Quinto, Guterres expresó su preocupación por “la creciente desigualdad “ que está socavando los cimientos de la sociedad y el pacto social”.
“Ocho hombres tienen la misma riqueza que la mitad de la humanidad”, reflexionó. ”Regiones enteras, países y comunidades permanecen lejos de las olas de progreso y crecimiento, dejadas atrás en los Cinturones de Óxido [Rust Belt] de nuestro mundo”, declaró, aludiendo a las zonas industriales marcadas por la pobreza y la exclusión.
“Esta exclusión tiene un precio: frustración, alienación, inestabilidad”, explicó.
Sin embargo, este cuadro oscuro, el portavoz de la comunidad internacional dejo vislumbrar un rayo de optimismo: “Pero tenemos un plan para cambiar el rumbo: lograr una globalización justa. Ese plan es la Agenda 2030.”
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible fue adoptada el 25 septiembre 2015 por la Asamblea General de la ONU con 17 Objetivos elaborados durante más de dos años de consultas públicas, interacción con la sociedad civil y negociaciones entre los países.
El representante de la ONU recordó que “la mitad de nuestro mundo es femenino (…) y “la mitad de nuestro mundo es menor de 25 años de edad”. Y añadió que “con los activos mundiales y la riqueza de miles de millones, no estamos sufriendo de una falta de fondos”.
Luego abordó las preocupaciones por las crecientes amenazas de ciberseguridad, los retos ambiguos de la ingeniería genética y de la inteligencia artificial, que pueden “impulsar el desarrollo y transformar vidas de manera espectacular”, pero también “tener un impacto dramático en los mercados de trabajo y, de hecho, en la seguridad global y el tejido mismo de las sociedades.”
En estos ámbitos, “es evidente que tales tendencias y capacidades exigen una nueva generación de pensamiento estratégico, reflexión ética y regulación”, explicó, y designó a la ONU como el “foro donde los Estados Miembros, la sociedad civil, las empresas y la comunidad académica pueden reunirse y debatir el camino a seguir, en beneficio de todos.”
Por último, Guterres habló del desafío de la migración.
El que anteriormente ocupaba el puesto de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (entre 2005 y 2015) quiso destacar que “la mayoría de los migrantes se mueven de una manera bien ordenada, haciendo contribuciones positivas a sus países de acogida y patrias.”
Sin embargo, los mismos problemas que sacuden al mundo, “el cambio climático, la demografía, la inestabilidad, las crecientes desigualdades y las aspiraciones para una vida mejor, así como las necesidades insatisfechas en los mercados laborales”, son las raíces de las migraciones.
Además, constató, “no sólo enfrentamos una crisis de refugiados; también nos enfrentamos a una crisis de solidaridad”.
“La respuesta es la cooperación internacional eficaz en la gestión de la migración para garantizar que sus beneficios se distribuyen de forma más amplia y los derechos humanos de todos los interesados estén debidamente protegidos”, reafirmó.
Una vez más, el jefe de la ONU se dirigió a los representantes lo más polémico, “las figuras políticas” que avivan “el resentimiento en busca de ganancias electorales”, que alimentan los “estereotipos” hacia los migrantes y se sirven de ellos como “chivos expiatorios”.
“En el mundo actual, todas las sociedades se están convirtiendo en multiculturales, multiétnicas y multireligiosas”, mencionó.
Como conclusión, el Secretario General de la ONU destacó la necesidad de un cambio.
“Necesitamos reformar nuestro mundo, y estoy comprometido a reformar nuestras Naciones Unidas”, declaró.