Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero 2018.- En una misiva publicada por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) titulada Cuaresma, tiempo de reconciliación, que nos conduce a la paz, Carlos Garfias Merlos, arzobispo de Morelia, puntualiza que este periodo del año para los fieles debe representar un compromiso para cambiar, haciendo hincapié en la violencia e inseguridad que se vive en el país.
Este miércoles 14 de febrero inicia el tiempo de la Cuaresma, el espacio que en la fe católica está previsto “para preparar a todo el Pueblo de Dios para la gran celebración de la Pascua del Señor, al actualizar la Muerte y Resurrección de Jesucristo”, marcada por la imposición de la ceniza como signo externo que compromete a los creyentes a programarse para la conversión y la penitencia.
“Iniciamos el reconocimiento de nuestra condición humana en toda su fragilidad, expuesta a todo tipo de rupturas: con Dios, con el medio ambiente, con los hermanos, con la sociedad y consigo misma”, refiere la carta.
“Tenemos, una vez más, la oportunidad para el reconocimiento de los pecados personales, arrepentirnos y cambiar de vida, lo mismo que reconocer que de ahí derivan los pecados sociales, como la violencia organizada y la miseria extrema de multitudes de hermanos nuestros. La Cuaresma es un tiempo para ser honestos con nosotros mismos y con Dios, mediante el reconocimiento de lo precario de una vida carente de amor y abundante en rupturas y desencuentros. Es tiempo para la reconciliación, tan necesaria en todas partes, en las familias, en las comunidades, en las instituciones, en la sociedad misma. Es tiempo de escucha y de diálogo como herramientas para el encuentro, el perdón y la construcción de la paz. Es tiempo de conversión al Dios vivo y verdadero, el Dios de Jesucristo, quien muriendo vence a la misma muerte y el poder destructor del pecado”, profundiza Garfias Merlos.
El arzobispo invita a aprovechar paso a paso el tiempo de la Cuaresma y convoca a todos los fieles católicos a prepararse para celebrar la Pascua realizando un itinerario de crecimiento espiritual para aprovechar este tiempo favorable y encontrar la paz que tenemos que transmitir a los demás.
“Todos somos corresponsables de que podamos transformar la violencia e inseguridad en una oportunidad de encontrar el camino de la armonía, la seguridad y la paz”, concluye.