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OAXACA, 22 de julio (Quadratín México).- Francisco Toledo, el artista plástico reconocido por su obra pictórica, pero también por su activismo por la conservación de la cultura y la ecología, resulta en gran parte artífice de la transformación del Centro Histórico de la capital oaxaqueña donde cada una de las casas que fueron habitadas por él y su familia, terminaron en centros culturales.
Originario de Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec (17 de julio de 1940), Toledo estudió en la Escuela de Bellas Artes de Oaxaca, posteriormente ingresó al Taller Libre de Grabado de la Escuela de Diseño y Artesanías del INBA, en el Distrito Federal, y entre 1960 y 1965 residió en París. A principios de los años 80 retorna a su tierra, Juchitán donde funda la Casa de la Cultura y a finales de ésta década se instala en la ciudad de Oaxaca.
Hacia 1990 Toledo fundó el Instituto de Artes Graficas de Oaxaca (IAGO), con respaldo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), sobre la calle de Macedonio Alcalá, inmueble donde tenía su taller y habitaba con su familia. EL IAGO alberga actualmente una biblioteca especializada en arte, las más grande de América Latina y una galería de exposiciones, y cuenta con un acervo compuesto por la obra gráfica que el artista ha reunido a lo largo de su vida, en el que figuran obras de Picaso, Miró, Chillida y Tapies.
Posteriormente, Toledo se fue a vivir a un inmueble localizado en calle de García Vigil 817, en el barrio conocido como Los Arquitos de Xochimilco. Luego de algunos años este inmueble se convirtió en el Cine Club El Pochote, que ofreció durante 17 años funciones gratuitas de cine con un amplio catálogo de cintas de autor, nacionales y extranjeras.
Asimismo operó en el mismo sitio un Tianguis ecológico donde se expendían comestibles 100% orgánicos.
Toledo y su familia se mudaron nuevamente a una vivienda temporal, mientras se hacían las reparaciones necesarias a su nueva casa, situada sobre la calle M. Bravo 116, esquina García Vigil, pero una vez restaurada, decidió mudar a este sitio el Centro Fotográfico “Manuel Álvarez Bravo” que venía operando desde 1996 sobre la Calle de Murguía.
Entre sus varias mudanzas, el artista plástico, sin descuidar su obra creativa, cuyo producto le permite financiar los sitios culturales que impulsa, fundó el Centro de las Artes San Agustín, Etla, en 2006, donde una antigua fábrica textil es hoy un imponente conjunto arquitectónico dedicado a impartir cursos de diseño, literatura y fotografía, y donde se ofrecen espectáculos culturales y conciertos.
Recientemente, en 2011, Francisco Toledo abrió al público la Biblioteca del IAGO especializada en literatura en un espacio situado sobre la avenida Juárez número 203, sitio que alberga la Fonoteca “Eduardo Mata”, fundada en 1997 y hospedada por más de 10 años en el Centro Fotográfico Álvarez Bravo.
Pero el centro de operaciones de Francisco Toledo sigue siendo su primera vivienda en Oaxaca, su casa, su oficina, el IAGO, sobre el andador turístico de Alcalá, frente al Centro Cultural Santo Domingo. Por ahí se le puede ver caminar cualquier día, a cualquier hora, con su aspecto desaliñado y su vestimenta blanca. Nadie imaginaría que su obra plástica es en la actualidad la más cotizada de los artistas latinoamericanos.
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