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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de octubre de 2024.- En el mundo hay mil millones de personas con algún grado de deterioro visual que no ha sido tratado o que pudo haberse evitado con un diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado. En México se calcula que hay dos millones 237 mil individuos con deficiencia visual, cifra que se explica porque quienes se dedican a la optometría en el país enfrentan diversos obstáculos para realizar su trabajo de forma completa.
A fin de modificar este escenario, la empresa Bleps Vision –incubada en Innova UNAM e integrada por especialistas de múltiples disciplinas– creó TOCO, un novedoso topógrafo corneal portátil que mide la superficie anterior de la córnea y detecta problemas de tipo refractivo, como las ectasias corneales (deformación producida por diversas enfermedades).
“También buscamos identificar el queratocono (afección que cambia la estructura de esférica a cónica) o facilitar la adaptación de lentes de contacto”, explicó José Rufino Díaz Uribe, socio cofundador y responsable técnico de Bleps Vision.
A decir de la Organización Mundial de la Salud, entre las principales causas de discapacidad visual están los errores de refracción, algo que este dispositivo ayuda a diagnosticar.
“La salud visual en el país requiere protección social, campañas y atención permanente, algo en lo que aún hay carencias. Surgimos como una iniciativa que reúne talento capacitado para un desarrollo de alta tecnología”, añadió Héctor López Aguado Aguilar, director del emprendimiento y académico en el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial de la UNAM.
Mejorar la atención
TOCO, el desarrollo más importante de Bleps Vision, es una herramienta con la que se busca llenar un hueco de instrumentación que afecta a los especialistas en optometría de México.
“Como les es difícil disponer de un área para la medición de córneas (los aparatos para este fin son grandes y demandan condiciones muy específicas) mandan a su paciente con el oftalmólogo para hacerse exámenes. Esto los hace muy dependientes de dichos análisis, además de que en ese ir y venir los resultados llegan a variar. Con TOCO es posible medir en el momento”, señaló López Aguado Aguilar.
El costo, tamaño y portabilidad de este nuevo dispositivo permite transportarlo en un maletín a consultorios, clínicas e, incluso, al lugar donde se encuentre quien necesita una consulta.
“Pensamos en individuos que no pueden cooperar: bebés, niños y personas con problemas de movilidad que no se mantienen erguidas o sentadas. El instrumento va al paciente y no viceversa. Es útil para brigadas de salud, pues se lleva con facilidad a zonas de difícil acceso, como espacios rurales donde no hay infraestructura suficiente para las técnicas o aparatos tradicionales”, expuso José Rufino Díaz.
Dos aspectos que destacar del producto son: su tecnología, que brinda información más rigurosa que otros; y su software, desarrollado específicamente para el dispositivo y que arroja datos seguros al instante.
Los topógrafos tradicionales trabajan con un disco de plácido (conjunto de anillos negros y blancos en los que se refleja la córnea y se examina su curvatura). Sin embargo, se ha documentado que dicha técnica presenta un problema de medición llamado rayo oblicuo, que propicia errores en los resultados.
En contraste, TOCO usa una pantalla que identifica puntos individuales para medir superficies esféricas de 7.8 milímetros de radio (curvatura promedio de la córnea), con lo que se distingue si hay deformaciones en la superficie y, por tanto, se logra un análisis mucho más preciso.
Por otro lado, el también investigador del Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología de la UNAM, Rufino Díaz, apunta que el software da acceso a la información de forma rápida, confiable y al momento.
“Conectamos el dispositivo a una laptop, creamos la base de datos del paciente y medimos. En la pantalla aparece una imagen tridimensional donde detectamos las deformaciones mediante colores que los especialistas interpretan. Finalmente, exportamos la información”.
Irán Robles Gutiérrez, profesor en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, ha usado TOCO durante tres años con fines académicos. Con él enseña a realizar topografías corneales y a analizar los datos.
“Nos muestra el mapa de elevación, curvatura axial y meridional. Al observar el patrón de colores sabemos si hay astigmatismo; también nos indica las queratometrías y permite apreciar el característico moño que se ve sobre la córnea, usualmente simétrico y que nos brinda información sobre su forma (en pacientes con queratocono es asimétrico)”.
Uno de los intereses principales en optometría es la adaptación de lentes de contacto y TOCO es la herramienta ideal para ello, agregó.
“Con el mapa de elevación sabemos en qué parte de la córnea quedará apoyado el lente. Las zonas que la imagen muestra en rojo estarán en contacto con la superficie posterior del lente, mientras que las azules son depresiones en las que entrará la lágrima”.
Esta aplicación es de mucha utilidad incluso para oftalmólogos, pues les asegura que el área de contacto entre el lente y córnea sea mayor, evitando molestia y fatiga en la vista.
Alcances del proyecto
Tras brindar cursos para que optometristas conozcan el producto y proporcionárselos para que lo pongan a prueba, han recibido retroalimentación sobre el instrumento. Ahora trabajan el proceso de autorización de Cofepris para que TOCO salga al mercado, pues ha generado interés en países como Argentina, Colombia e India.
“Platicando con personas de otras empresas nos damos cuenta de que estamos dentro del promedio de años para empezar a ver resultados, que son siete. Somos un ejemplo estadístico de cómo avanzan proyectos de este tipo”, concluyó el director de Bleps Vision.