Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
PÁTZCUARO, Mich.,1 de noviembre de 2017.- Mireya García Rojas tiene alrededor de 30 años haciendo cada año para el Día de Muertos calaveritas de dulce, ya sea de azúcar glass o chocolate; algo que aprendió de su madre siendo casi una niña.
“Empecé viendo a mi mamá, ella fue la que nos enseñó a hacer, ella es de las primeras que empezaron a hacer su dulce aquí en Pátzcuaro, y de ahí empezamos a hacerlo, nos gustó”, indica la artesana sin dejar de decorar.
Explica que la mayoría de la gente que le compra sus coloridas y dulces calaveras, lo hace para colocarlas en los altares, “mucha gente las quiere para las ofrendas de sus tumbas y mucha gente los guarda para el otro año, porque sí le duran de un año a otro año, cuidando que no estén en el calor”, manifiesta.
Sin distraer el decorado de las calaveras, Mireya indica que otra cantidad importante de personas que le compra las calaveritas, se las come con atole blanco. Sin decir claramente cuántas calaveritas vende en estas fechas, la artesana manifiesta que sí vende “algo”, “consumen mucho los de los pueblitos para sus tumbas y mucha gente que viene de afuera también lleva para adornar sus casas”, señala sin conceder una cifra.
En un puesto improvisado afuera de la presidencia municipal, la artesana dice que en este año fue diferente la fecha en la cual les permitieron colocarse en ese lugar, ya que mientras en otros años ha sido a partir del 16 de octubre, en esta ocasión fue hasta el día 22. Sin embargo ya ha vendido las calaveras más grandes.
La calaverita significa una representación explica la artesana, “supongamos que mi papá falleció y se la pongo a él, viene representándolo a él, o alguna figurita que a él le haya gustado, lo que más les haya gustado es lo que vienen y compran: un patito, una calaverita o el ángel para ponerlo en su altar”, asegura.
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