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Juego de ojos
Un sexenio sin saldo positivo en combate a pobreza
El sexenio no terminará con saldos positivos en combate a la pobreza, pese a la campaña Cruzada Nacional Contra el Hambre, que quedó rebasada por los resultados de las políticas de liberación del sector energético. Así, los efectos de la medida liberadora que afectó el bolsillo de los mexicanos para adquirir lo mínimo de una canasta básica desde el año pasado, es factible que también tenga su impacto en el ajuste de los indicadores de pobreza a pobreza extrema, que registró 53 millones, 418 mil 151 personas y nueve millones 375 mil 581 personas, respectivamente, en el 2016 de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Resulta sintomático el reciente reporte del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), que destaca que dos de cada cinco personas ocupadas mantiene un ingreso que no les permite alcanzar un mínimo de bienestar. En el 2016, el Coneval reportó que el 70.4 por ciento de la población registró al menos una carencia social; es decir, 83.6 millones de personas no tuvieron acceso a alguno de estos rubros: educación, salud, seguridad social, espacios a la vivienda, servicios básicos en la vivienda o alimentación; en tanto que el 18.7 por ciento de la población; es decir, 23.0 millones de habitantes reportaron al menos tres carencias en los indicadores referidos.
Lo más lacerante de una fallida política económica, es la falta de acceso a la alimentación. El mismo Coneval reportó que 24.6 millones de personas tenían esta carencia en el 2016. Con una inflación de 6.7 por ciento en el 2017, un salario mínimo de 88.00 pesos diarios, con 3.6 millones de nuevos empleos de los cuales el 21.7 por ciento gana de entre uno y dos salarios mínimos, y con cerca de 30 millones de mexicanos que trabajan en la informalidad, seguramente no sólo aumentará el indicador de falta de acceso a la alimentación sino que también aumentará el índice de población en pobreza extrema por lo que ya no serán y nueve millones 375 mil 581 personas sino mucho más y qué decir de la población en pobreza, superará los 53 millones, 418 mil 151 personas.
Por entidades de la República Mexicana, también habrá ajustes en sus índices de pobreza en la población, aun cuando sus respectivos gobernadores hayan implementado estrategias que incidan en el abatimiento de estos índices, no con programas sociales, sino con productividad. De mientras, para el 2016 el mismo Coneval reportó que fueron 20 entidades federativas con rangos de pobreza alta del 77.1 por ciento al 30.6 por ciento de la población, indicadores que correspondieron a Chiapas y Chihuahua, respectivamente.
Oaxaca reportó 70.4 por ciento de pobreza en su población, Guerrero 64.4 por ciento, Veracruz 62.2 por ciento, Puebla 59.4 por ciento, Michoacán 55.3 por ciento, Tlaxcala 53.9 por ciento, Morelos 49.5 por ciento, Zacatecas 49.0 por ciento, Estado de México 47.9 por ciento, San Luis Potosí 45.5 por ciento, Campeche 43.8 por ciento, Guanajuato 42.2 por ciento, Yucatán 41.9 por ciento, Nayarit 37.5 por ciento, Durango 36.0 por ciento, Colima 33.6 por ciento, Tamaulipas 32.2 por ciento y Querétaro 31.1 por ciento. La única entidad federativa con el menor índice de pobreza en su población fue Nuevo León con el 14.2 por ciento.
Para el IDIC, entidades como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, con 77 por ciento, 70 por ciento y 64 por ciento de habitantes en pobreza, respectivamente, son también los estados donde al menos 80 por ciento de su población ocupada recibe un salario mínimo o incluso ninguna compensación económica por su labor.
En el 2020, cuando el Coneval realice la nueva medición –que de acuerdo a la Ley General de Desarrollo Social (LGDS)– sabremos el verdadero impacto de la liberación de los precios en la luz, la gasolina y el gas, en los bienes y servicios y la capacidad de la población para acceder a ellos. Lo que sí es claro, por el momento, es lo que vive a diario la mayoría de la población para tener acceso a sus derechos humanos como la alimentación, salud y educación.
A propósito, fue Rosario Robles Berlanga, quien estuvo más años al frente de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), con relación al resto de los demás secretarios en esta administración, y sus estrategias en el combate a la pobreza no tuvieron la mayor repercusión ante esta nueva realidad. La pregunta es: ¿la tendrá al frente de la Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu)?, o ¿también el Coneval reportará un mayor porcentaje de carencia en espacios de vivienda o servicios básicos de vivienda? El tiempo ya lo dirá.
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**Consultora en comunicación y fans del desarrollo humano.