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CIUDAD DEL VATICANO, 14 de mayo (Quadratín México).- después de los escándalos en que se ha visto envuelto y las sospechas de lavado de dinero, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido coloquialmente como el banco del Vaticano, abrirá en breve un sitio en internet propio, en el cual difundirá sus reportes anuales y otras informaciones internas.
El anuncio fue realizado por el presidente del IOR, Ernst von Freyberg, en una reunión con el personal que trabaja en la institución, que busca acabar con un pasado marcado por los escándalos, las acusaciones de opacidad y de lavado de dinero.
Según Von Freyberg, la página web del banco del Vaticano deberá estar en línea antes de que finalice este año.
El funcionario informó además sobre el inicio de una asesoría por parte de una nueva sociedad internacional de certificación, a fin de verificar el pleno respeto a los estándares internacionales para el combate al lavado de dinero.
Según la Radio Vaticana, Von Freyberg, quien fue nombrado el 15 de febrero pasado, tuvo la víspera un primer encuentro con todo el personal del IOR.
En la reunión, el presidente del Banco “ha manifestado su aprecio por el empeño de todos, por la alta profesionalidad y los resultados positivos obtenidos”.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, confirmó que el sitio de internet forma parte de un proyecto de transparencia del IOR, que cuenta con el aval de su consejo de administración y de la comisión cardenalicia de vigilancia, formado por cinco cardenales.
Esta iniciativa tiene como principal objetivo cambiar la mala imagen pública del IOR, institución que desde hace años se ha visto involucrada en episodios turbios como la bancarrota del Banco Ambrosiano de Italia y el supuesto lavado de dinero de la mafia.
Creado en 1942 por el Papa Pío XII como un organismo responsable de gestionar financieramente los recursos de diversos sujetos y entidades de la Iglesia Católica, el IOR actualmente administra 33 mil cuentas y tiene unos cinco mil millones de euros (unos seis mil 466 millones de dólares) de capital.
Sin embargo, en junio del año pasado el diario italiano Corriere della Sera, dio a conocer la existencia de un informe consistente en un total de 200 páginas, que incluye decenas y decenas de emails, apuntes a mano, páginas de una agenda en la que están señaladas citas, encuentros, reuniones, y hasta podría contener información sobre las cuentas bajo código cifrado que la mafia tendría en el Banco Vaticano.
Además de datos sobre los depósitos con las jugosas comisiones ilegales pagadas por empresas a algunos importantes funcionarios y políticos italianos.
Se trata del dossier secreto elaborado por Ettore Gotti Tedeschi , el hombre que hasta su destitución fulminante el pasado 24 de mayo de 2012, estuvo al frente del Instituto para las Obras Religión, el IOR, más conocido como Banco Vaticano.
El ya “ex banquero de Dios” reunió toda esa pila de documentos comprometedores para que salieran a la luz en caso de que se cumplieran sus más funestos temores y fuera asesinado. Ahora esa montaña de papeles se encuentra en manos de la Justicia italiana. Y en la Santa Sede cunde el pánico.
En una nota difundida por el Vaticano reconocía su “sorpresa y preocupación” ante las noticias sobre la incautación por parte de los fiscales italianos del dossier secreto de Gotti Tedeschi. Y no sólo eso: la Santa sede lanzaba una advertencia a los magistrados, expresando su “máxima confianza en que las prerrogativas soberanas reconocidas a las Santa Sede por la legislación internacional sean adecuadamente respetadas” por las autoridades judiciales italianas. Es decir: que no se les ocurra divulgar ni meter las narices en cuestiones que sólo conciernen al Vaticano.
El dossier secreto elaborado por Gotti Tedeschi parece ser que contiene sobre todo papeles que demostrarían la fuerte oposición con que se habría topado dentro del Vaticano al tratar de imponer trasparencia en el tradicionalmente opaco funcionamiento del Banco de la Santa Sede.
Esa institución financiera, que gestiona un patrimonio de unos 5 mil millones de euros a través de través de 44 mil cuentas corrientes reservadas a dependientes vaticanos, eclesiásticos y una reducida cantidad de entes privados, se ha visto en numerosas ocasiones salpicada por las sospechas de que podría dedicarse a lavar dinero de muy sucia procedencia.
En 2010, Benedicto XVI aprobó una ley de trasparencia financiera para tratar de llevar un poco de luz a los oscuros procedimientos del IOR. La ley en cuestión entró en vigor en abril de 2011. Pero su contenido inicial quedó fuertemente diluido por otra normativa aprobada en enero pasado e impulsada por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado vaticano y número dos de la Santa Sede.
Investigan lavado de dinero
El Instituto de Obras Religiosas (IOR), llamado también Banco Vaticano, se encuentra en el centro de una investigación judicial que lleva a cabo un tribunal de Roma, luego de que una sentencia ordenó el embargo de 23 millones de euros al considerar que el IOR había violado las obligaciones de las normas antiblanqueo en operaciones bancarias realizadas con el banco alemán JP Morgan Frankfurt y otra entidad italiana. Según el fallo, el IOR no comunicó “para quién pretendía realizar las operaciones, ni la naturaleza y objetivo de las mismas”.
Aunque pocos meses después de esta sentencia el Vaticano modificó su normativa fiscal para intentar entrar en la lista de la OCDE de los países que respetan la normativa internacional contra el blanqueo de dinero, el IOR ha funcionado siempre en el más absoluto de los secretos y su historial de acusaciones es extenso.
Implicado en el escándalo del Banco Ambrosiano, el IOR ha continuado aprovechándose de los privilegios que le da su estatus de banca papal para mover dinero por todo el mundo sin que ninguna autoridad al otro lado de los muros del Vaticano le pida cuentas, actuando como un verdadero paraíso fiscal en la práctica.
“El Instituto de Obras Religiosas es un banco ideal para pasar inadvertido porque actúa en el más absoluto de los secretos”
El libro Vaticano S.A., del periodista Gianluigi Nuzzi ha permitido conocer los oscuros negocios de la Santa Sede, gracias a la documentación recogida por uno de sus responsables, monseñor Renato Dardozzi. Conocedor de primera mano de los aspectos más reservados del IOR hasta fines de los ‘90, Dardozzi quiso que los documentos se hiciesen públicos tras su muerte. En sus páginas aparecen cuentas millonarias de fundaciones caritativas inexistentes, movimientos de capitales que nadie controla y vínculos con la política e incluso la mafia.
QMX/fm