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Cynthia Klitbo, hospitalizada por picadura de araña viuda negra
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de septiembre de 2016.- Tras un minuto de aplausos, las cenizas de Juan Gabriel abandonaron para siempre el Palacio de Bellas Artes, recinto cultural que lo recibió por última vez para ser despedido por miles de seguidores durante cerca de 30 horas consecutivas.
En punto de las 21:35 horas, su hijo Iván Aguilera tomó la urna con los restos de su padre para salir rumbo al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y viajar hacia su último destino: Ciudad Juárez.
El cortejo saldrá por Eje Central con dirección a Pino Suárez para incorporarse a San Antonio Abad; después tomará Viaducto y Río la Piedad y llegar al AICM.
Durante el recorrido tras abandonar el Palacio de Bellas Artes, los celulares, gritos y porras no se detuvieron, a pesar de las horas que cientos de fans aguardaron para ingresar. Escoltados por policías capitalinos, pero bajo un orden y respeto para Juan Gabriel, los dolientes seguidores caminaron junto a la carroza y unos más corrieron para verla por última vez, antes de partir a su última morada.
El último concierto para Juanga
Fueron más de 25 horas de aplausos y homenaje de más de 700 mil personas para el Divo de Juárez, el mismo número 25 como aquel segundo concierto que ofreció en el máximo recinto lírico del país. Durante dos días, ríos de hombres y mujeres tristes celebraron un último concierto para Juan Gabriel: con sus porras y llanto despidieron al Divo.
Este lunes, el cielo comenzó a sollozar cerca de las 15 horas, ante el inevitable arribo con las cenizas del cantautor, quien volvió a reunir a miles en Bellas Artes, esta vez, en forma de Amor eterno que colmó el Centro Histórico de la Ciudad de México hasta este martes.
Dos días donde la explanada del recinto de mármol, su interior y sus alrededores vibraron con su música, con las lágrimas pero, sobre todo, con la algarabía que el ídolo mexicano provocó después de muerto.
Esta noche, la Ciudad de México pidió un aplauso para el Amor eterno que sembró Juan Gabriel para nacer en el Divo, ya no de Juárez, sino de México, de un pueblo entero que lo seguirá amando.