Trump usó el resentimiento de millones de estadounidenses: Iglesia

CIUDAD DE MÉXICO, 13 de noviembre de 2016.- El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, no es un hombre político, pues usó el miedo, el enojo y el resentimiento de millones de estadounidenses para derrotar a la demócrata Hillary Clinton, el pasado 8 de noviembre, aseguró la Arquidiócesis de México.

A través de su editorial de este domingo titulada Trump, entre el miedo y el enojo, la Iglesia católica advirtió que lo impensable sucedió, “y quien era considerado el peor de los candidatos es ahora, contra todo pronóstico, Presidente electo de los Estados Unidos”.

Aseguró que Trump es un hombre de negocios; “no tiene una ideología de gobierno coherente, pero se valió de los arrebatos del ultranacionalismo y del proteccionismo que parecían superados en el proceso de globalización”.

La Arquidiócesis puntualizó que lo que le valió el triunfo al republicano fue la marginación y el diseño de políticas que desampararon a las mayorías blancas, que parecen haberle otorgado el voto cómodo y relativamente amplio, confirmando la vigencia de las viejas ideas de la potencia americana.

“Ahora la incertidumbre parece ensombrecer el futuro económico de México que sufrió, en las primeras horas del triunfo de Trump, la depreciación del peso y el clima pesimista por el futuro de millones de migrantes, las relaciones bilaterales y la renegociación o cancelación del Tratado de Libre Comercio que desmantelaría una de las mayores alianzas comerciales del orbe. Si bien las autoridades financieras de México, el Banco Central y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se afianzan en la presunta estabilidad macroeconómica, la realidad nos asesta el duro golpe del trago amargo para darnos cuenta de lo profundamente dependientes que somos de los Estados Unidos”.

Advirtió que México debe mostrar capacidad e inteligencia en lugar de unirse a la vorágine de horror y pesimismo. “Se trata de un Presidente, en un país democrático que tiene contrapesos efectivos, no de un emperador o un dictador”, señaló la Iglesia.