
Elección judicial: Entre la degradación y la plenitud democrática
En marzo de 2024, López Obrador, en una de sus mañaneras, usó la frase “golpe de Estado técnico”; acusaba al poder judicial y a la oposición de preparar la nulidad de las elecciones. El tabasqueño se distingue por sus frases extremas y “llegadoras”.
Campeón en intervenir en las elecciones. Para lograr el triunfo de su partido, hizo lo que en su momento condenó: violar la ley.
Morena es una impostura; llegó al poder por la vía democrática y se ha propuesto instaurar un régimen autoritario y con tufo de maximato. El engaño continúa y se opera con una estrategia probada en otras latitudes: instalar en el colectivo una narrativa falaz, que usurpa conceptos, valores y frases.
El régimen, desde el pasado sexenio, puso en marcha un golpe de Estado silencioso. Vean:
Uno.- Sin el respaldo del voto, se adueñó del poder legislativo. Ejemplo: en la Cámara de Diputados, el 55 por ciento de los sufragios ciudadanos se transformaron de manera ilegítima en el 75 por ciento de las curules para Morena y aliados.
Dos.- Se militariza la vida pública. Al Ejército se le asignó el control de la seguridad. A ello hay que agregar el trasvase de otras funciones de carácter civil, desde la construcción de líneas férreas hasta la administración de dependencias médicas.
Tres.- Se desmontaron la mayoría de los órganos autónomos. Entidades del Estado mexicano que garantizaban transparencia, igualdad, equidad y certeza para asegurar la democracia y la libre competencia.
Cuatro.- Estados y municipios dejaron de recibir recursos, y la mayoría de los gobernantes se convirtieron en figuras decorativas que administran la miseria.
Cinco.- El próximo domingo, gracias a una farsa, se va a desmantelar el poder judicial. Sin pudor, Morena y sus aliados reparten “acordeones” para llevar al triunfo a jueces a modo. Por cierto, lo mismo hacen los criminales.
Seis.- Se cocina una “Ley Censura”. Herramienta que inhibirá la expresión de las ideas y cancelará la libertad de prensa y el derecho a la información.
Un golpe de Estado camina gracias a las mayorías ficticias que el INE y los tribunales electorales permitieron en el poder legislativo y por la traición de políticos que abdican a su responsabilidad ética de cuidar a la patria. Entre ellos, personajes que antes pregonaban su oposición a Morena, y otros que, como un ministro, decidieron exterminar a la institución a la que han servido.
Estoy cierto de que las políticas públicas de Morena caminan al fracaso. Hay elementos para afirmar que la economía va a quebrar y la inseguridad nos conducirá a un narco país. Cuando eso suceda, será difícil cambiar el rumbo; el régimen ha eliminado los contrapesos democráticos y la dictadura se mostrará en su esplendor.
Lo que vuela, nada y grazna como ganso es ganso. Los que gritaban “agarren” a los golpistas, hoy se convirtieron en eso: unos golpistas.