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CIUDAD DE MEXICO, 23 de diciembre del 2020.-En 2020, por primera vez en la historia de la OIT, una Norma Internacional del Trabajo alcanzó la ratificación universal con la aceptación por parte de todos sus 187 Estados miembros.
La ratificación universal del Convenio 182 sobre las peores formas de trabajo infantil (1999) de la OIT significa que todos los niños disponen ahora de protección jurídica contra las peores formas de trabajo infantil.
Este importantísimo logro llega en un momento oportuno, ya que las Naciones Unidas declaró el 2021 como el Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil.
A lo largo de las dos últimas décadas, los países han hecho grandes progresos. Las tasas de trabajo infantil disminuyeron de 246 millones de niños en 2020 a 152 millones de niños en 2016. Sin embargo, está cifra sigue siendo muy elevada, sobre todo porque la mitad de estos niños realiza trabajos peligrosos, definidos como las peores formas de trabajo infantil, dijo la OIT.
En la actualidad, la pandemia de Covid 19 amenaza con paralizar o incluso revertir los progresos de los últimos 20 años. Una generación de niños está en riesgo. En este momento crítico debemos redoblar nuestros esfuerzos, en particular para alcanzar la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para poner fin al trabajo infantil en todas sus formas de aquí a 2025.
Las decisiones políticas son importantes, tanto para salvaguardar a los niños durante esta crisis como para lograr mejoras duraderas de su situación. El acceso universal a la educación gratuita, los sistemas de protección de la infancia, el trabajo decente para los padres y los jóvenes en edad de trabajar son elementos fundamentales para incrementar la resiliencia frente a crisis futuras.
La ratificación universal demuestra que existe un consenso mundial de que las peores formas de trabajo infantil no tienen cabida en nuestra sociedad. Ahora todos los niños cuentan con protección jurídica contra estas formas de trabajo infantil. El Convenio 182 llenó un gran vacío en el marco jurídico internacional para proteger los derechos de los niños. Pero esto no significa que el problema ha sido resuelto. Para que esto suceda, el Convenio deberá aplicarse cabalmente, en todas partes.
Las peores formas de trabajo infantil exponen a los niños al peligro físico y/o a un trauma psicológico profundo que pueden afectarlos de por vida. Las peores formas de trabajo infantil incluyen la esclavitud y las prácticas análogas, la prostitución y la pornografía infantil, las actividades ilícitas como el uso de niños para el tráfico de drogas, y los trabajos peligrosos que puedan dañar su salud, seguridad o moral.
La ratificación pone en marcha la acción para combatir el trabajo infantil en la ley y en la práctica. Los países que lo ratificaron se comprometen a armonizar sus leyes y políticas con las disposiciones del Convenio. Ellos se comprometen a adoptar medidas inmediatas y con plazos de tiempo definidos dirigidas a prevenir las peores formas de trabajo infantil, retirar a los niños de estas actividades y ofrecerles la rehabilitación y el cuidado necesarios, con atención especial hacia las niñas.
En numerosos países, la ratificación de este Convenio y del Convenio núm. 138 de la OIT sobre la edad mínima de admisión al empleo, ha llevado a la adopción de planes nacionales de acción en materia de trabajo infantil que movilizan las respuestas de todo el gobierno. Existen evidencias concretas de que esto da resultado. En los 20 años desde la adopción del Convenio 182 hemos observado una disminución en el trabajo infantil de cerca 40 por ciento y el fortalecimiento de leyes y programas para proteger a los niños del trabajo infantil en todo el planeta.
La meta 8.7 de los ODS es un objetivo ambicioso que sólo podrá ser alcanzado si trabajamos juntos, dentro y fuera de las fronteras. Las asociaciones, como la Alianza 8.7, están ayudando a los países a avanzar hacia la consecución de este objetivo gracias al intercambio de conocimientos, experiencias y enfoques innovadores. Las Naciones Unidas declaró el 2021 como el Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil.
Esto ofrece una oportunidad para fortalecer el movimiento mundial contra el trabajo infantil y cumplir con los compromisos adquiridos con la ratificación universal del Convenio 182. La V Conferencia mundial sobre la eliminación del trabajo infantil que tendrá lugar en Sudáfrica en 2022, será otro evento importante para evaluar los progresos, identificar lo que todavía es necesario hacer para lograr un mundo sin trabajo infantil de aquí a 2025 y movilizar todos los recursos necesarios para hacerlo realidad.