Visión financiera
Silenciosa y pequeña, casi minúscula, pero no por ello menos significativa fue la primera de doce celebraciones previstas para evitar la escalada violenta en todo el mundo y quizá eludir la guerra global. Se trata de una iniciativa de fieles católicos franceses que buscan la paz a través de la conversión y actos solemnes en los principales santuarios marianos del orbe.
La idea surgió en una asociación de fieles que repararon en que este 2025 se cumple un siglo de la aparición de la Virgen María a Sor Lucía dos Santos (vidente de Nuestra Señora de Fátima). Como se sabe, en 1917, en aquel pequeño pueblo portugés, la Virgen anunció a los niños Francisco, Jacinta y Lucía su devoción y su solicitud “para evitar la guerra”. En el mensaje, la Virgen anunció que pediría la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón y la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados. Ocho años más tarde, el 10 de diciembre de 1925, en Pontevedra (Portugal), la Virgen nuevamente se apareció a Lucía para lanzar la devoción de los primeros sábados de mes en todo el mundo.
A partir de esta petición, la asociación de fieles católicos busca que en cada santuario mariano del mundo se concrete esta petición realizada hace un siglo por la Virgen María. Y la urgencia para ellos es clara: alrededor del orbe crecen las tensiones políticas y culturales derivadas de radicalismos ideológicos (fruto de una egopolítica ultranacionalista) y tecnofeudalismos neoextractivistas que buscan generar una nueva geopolítica y un orden de poder sustentado en la agresividad discursiva y las amenazas económicas.
Pero esa no es toda la urgencia.
Los organizadores de este esfuerzo global recuerdan que el 17 de junio de 1689, en Paray-Le Monial (Francia), la vidente del Sagrado Corazón de Jesús, la religiosa Margarita Maria Alacoque, quien ya había sido testigo de diversas manifestaciones, recibe de Cristo la petición de hacerle llegar al rey de Francia la necesidad de consagrar su reino al Sagrado Corazón de Jesús y coser su emblema en los estandartes del ejército.
Según los relatos históricos, la religiosa pidió a diversas personas que acercaran ese mensaje al rey Luis XIV; sin embargo, no se sabe si el monarca recibió el mensaje o sólo lo desestimó. Como fuere, cien años más tarde, en 1789 se dio inicio a la gran Revolución Francesa, un acontecimiento histórico que terminaría con la monarquía a través de un conflicto lleno de tragedias. Tras su destitución, el rey Luis XVI comprendió su error y el de sus predecesores. En prisión (julio de 1792) juró obedecer al Sagrado Corazón y cumplir sus peticiones si regresaba al trono de Francia. Pero ya era demasiado tarde.
Este 2025 se cumple un siglo de la petición de la Virgen María para que se promueva la Comunión Reparadora el primer sábado de cada mes; la promesa es preservar a la humanidad de una guerra que, por otro lado, es evidente que se gesta en fragmentos bélicos esparcidos por todo el mundo. De hecho, este 28 de enero, el Boletín de Científicos Atómicos –la organización que se dedica a ajustar anualmente el “reloj del Juicio Final”– decidió restar un segundo al tiempo que le queda a la humanidad antes de la gran catástrofe. El reloj inició a “siete minutos antes de la medianoche” en 1947 y hoy está a 89 segundos del final, lo más cerca que ha estado nunca. Tanto así que Daniel Holz, presidente del Consejo de Ciencia y Seguridad del Boletín, declaró que era «una advertencia a todos los líderes mundiales» del riesgo que se corre actualmente.
Para los fieles que promueven en los santuarios marianos la Comunión Reparadora del primer sábado de cada mes, la advertencia vino desde hace un siglo. De cierto modo, dicen, hemos tenido un siglo para alcanzar la paz, pero al igual que en el pasado, se ha desoído el mensaje.
Para motivar y renovar la urgencia del mensaje, los organizadores prevén que tras la celebración en enero del Santuario de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa (en rue du Bac, París), se continué este esfuerzo en recintos marianos en todo el mundo: Harissa (Líbano); Lourdes (Francia); Guadalupe (México); Aparecida (Brasil); Czestochowa (Polonia), Astaná (Kazajistán), etcétera.
“Es mucho lo que está en juego, porque los cambios dramáticos en la situación del mundo
son consecuencia de nuestra desatención a esta petición del Cielo”, declara la asociación y considera que los horrores del siglo XX se debieron a que no se puso atención al mensaje de Fátima; pero advierte que el tema no ha concluido. Así lo dijo también el 13 de mayo de 2010, el papa Benedicto XVI recordará durante su visita al santuario portugués: “Quien piense que la misión profética de Fátima ha concluido, se equivoca”.
*Director VCNoticias.com
@monroyfelipe