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CIUDAD DE MEXICO, 4 de septiembre (Quadratín México).- Entre las creencias populares en medicina, se considera que el estrés y la acidez provocada por alimentos ácidos o picosos se encuentran entre las principales causas de úlceras gástricas o en duodeno, pero no es así; el riesgo principal de lesiones en el estómago, así como de gastritis que pueden llegar a ser causa de cáncer, es la bacteria conocida como Helicobacter pylori.
Entre los factores que detonan la acción de esta bacteria, se encuentran precisamente las infecciones estomacales, por ello aspectos mínimos de higiene, como lavarse las manos y desinfectar alimentos, son fundamentales para evitar la gastritis y úlceras.
Así lo ratificó el Premio Nobel de Fisiología y Medicina 2005, John Robin Warren, quien ofreció la conferencia magistral titulada “Discovering Helicobacter” en el Instituto Politécnico Nacional.
El científico australiano comentó principal de la gastritis y la úlcera de estómago y de duodeno son provocadas por la Helicobacter pylori, la cual se encuentra latente en el organismo de la mayoría de las personas en el mundo, es responsable de tal padecimiento. Indicó que la infección puede permanecer en estado latente hasta que hay un factor que la activa.
Es por ello, acotó, que la bacteria puede permanecer asintomática por mucho tiempo, pro hay pequeños síntomas que pueden advertir su presencia, como el mal aliento.
Cuando se desencadena la afección, ocurre una inflamación en la parte inferior del estómago, ya que se provoca un aumento de la secreción de ácidos que lesionan la membrana protectora de la cara interna del aparato digestivo y cuando el estado de la enfermedad es más avanzado aparecen heridas (úlceras) en las membranas estomacal y duodenal, que pueden derivar con el tiempo en cáncer de estómago.
Para demostrar su teoría de que la bacteria era la causa de la mayoría de las úlceras gástricas y duodenales, él y su colega, el doctor Barry J. Marshall, con quien compartió el Premio Nobel, realizaron estudios de campo minuciosos y obtuvieron biopsias del tejido de 100 personas para tratar de establecer que la bacteria Campylobacter era la causante de las úlceras gástricas y gastritis, pero al hacer los estudios se dieron cuenta de que se trataba de una nueva bacteria: la Helicobacter pylori.
Robin Warren explicó que los primeros estudios fueron ciegos, así que repitieron las biopsias y dieron un seguimiento exhaustivo de 12 meses y 7 años a los pacientes y fue así como establecieron los cambios que ocurrían en el epitelio y que se generaban en el moco gástrico. “Así fue como logramos cuantificar el daño que genera Helicobacter pylori”, sostuvo.
El científico puntualizó que el daño epitelial que causa la bacteria se manifiesta con el adelgazamiento de las paredes del tejido epitelial, aparecen unas manchas negras, que no son otra cosa que la acumulación de bacterias, mismas que al adherirse al tejido lo van separando y hacen hendiduras, generando de ese modo las úlceras. Tales hallazgos los observó con microscopio electrónico y al aplicar una tintura de plata identificó claramente los sitios en los que se ubicaban las bacterias.
Finalmente, señaló que una misma persona puede tener reinfecciones y distintas cepas de la bacteria, por lo que el trabajo que realizó y que los hizo merecedores del Premio Nobel 2005 en Fisiología y Medicina, ha permitido generar información específica para la prescripción de tratamientos y es, sin duda, un avance para la medicina. Sin embargo, los hábitos higiénicos en la preparación de alimentos y purificación del agua que se bebe son la prevención más efectiva.
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