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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de junio de 2021.- Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM y presidente de la Red de Macrouniversidades de América Latina y el Caribe, afirmó que la vacunación es un tema ineludible en estas instituciones que, durante la pandemia por la COVID-19 han aportado lo mejor de sí: recursos humanos, investigación y cooperación con sus estados y sus gobiernos para solventar la crisis generada por la emergencia sanitaria.
Ante sus homólogos de la región, al inaugurar el seminario “La vacunación para COVID-19 en América Latina. Hechos, proyectos y alternativas”, recordó que suman más de 1.8 millones de decesos por esta pandemia en la zona.
“Sí, es muy importante para nosotros como universidades interactuar en una red verdadera, como la Red de Macrouniversidades, en la que podamos compartir experiencia, intercambiar ideas y, eventualmente, cooperar para dar solución a esto que ya vivimos y vamos a seguir viviendo en los años por venir”, sostuvo en el seminario a distancia, en el que también participaron el rector de la Universidad Autónoma de Nuevo Léon, Rogelio Garza Rivera; el rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, Hugo Oscar Juri; y expertos en salud de México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, entre otros países.
Graue Wiechers subrayó la necesidad de colaborar, pues la pandemia puso de relieve todas las carencias en infraestructura, recursos humanos y capacidad de respuesta. El resultado de ello es que en algunas zonas la epidemia va en aumento y empieza a generarse una nueva ola de contagios.
En su oportunidad, Samuel Ponce de León Rosales, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS), destacó que se requiere reflexionar, de manera colegiada, en los proyectos y alternativas que se tienen en la región, que actualmente presenta la transmisión más intensa del SARS-CoV-2 a nivel global, y los porcentajes de vacunación de la población son todavía insuficientes.
“Estamos inmersos en medio de la pandemia y aunque podríamos decir que se atisba la luz al final del túnel, todavía está lejos. El mundo tiene siete mil 700 millones de habitantes y se tendrán que infectar y/o desarrollar inmunidad cuatro mil millones, y esperamos una mortalidad del uno por ciento, que resulte en 30 millones de muertos globalmente”, expuso el también titular de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus.
Recordó que a lo largo de la historia de la humanidad se han registrado diversas pandemias y en el futuro tendremos una siguiente, pero no se sabe cuánto falta para ello ni cuál será su causa. Seguramente será por un virus respiratorio de transmisión aérea, pero es muy difícil predecir dónde va a iniciar porque el mundo, en su globalidad, tiene múltiples rincones de alta densidad y movimiento poblacional que puede ser el inicio de cualquier pandemia.
“La OMS ciertamente tratará de prepararse pero no lo está. Es responsabilidad de cada gobierno, y dentro de cada país, son las universidades las que deben tener un tramo de responsabilidad para avisar, proponer, concretar planes de prevención y de intervención”, remarcó Ponce de León Rosales.
Insistió en que se debe contar con mejores sistemas de salud, con fuerte vigilancia epidemiológica y amplia infraestructura biotecnológica.
“Tenemos que desarrollar en la región polos de desarrollo biotecnológico con capacidad para producir vacunas, tanto las que requerimos para programas nacionales como para los nuevos retos, y tener así planes de contingencia que nos permitan anticipar el peor escenario”.
Lo anterior, requiere financiamiento, más que palabras, subrayó Ponce de León Rosales en el seminario que organizó en conjunto con el titular de la Coordinación de Relaciones y Asuntos Internacionales de la UNAM, Francisco José Trigo Tavera.
Colaboración estrecha
Durante el análisis de los temas: Situación de la Pandemia en AL, el Desarrollo de la Vacunación de COVID-19 en el Continente, así como Plataformas para el Desarrollo y Producción de Vacunas en América Latina, expertos coincidieron en señalar:
El reto de la vacunación requiere mayor colaboración entre especialistas científicos, empresarios, industriales y gobiernos, toda vez que aún se registran altas tasas de mortalidad en la región y el resto del continente, porque los contagios se multiplican sin que las tasas de vacunación por país sean suficientes.
Laura Alicia Palomares Aguilera, directora del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, afirmó que en América Latina tenemos las herramientas para producir vacunas, pero nos hace falta una masa crítica que pueda dedicarse a su desarrollo y producción.
La biotecnóloga mexicana destacó que esta pandemia ha promovido la colaboración y la asociación entre instituciones y empresas de la región, lo que es indispensable para acelerar el proceso de generación de biológicos. “Nos hace falta un mayor sentido de comunidad, para atacar los problemas como un equipo”.
De los 176 millones 480 mil 226 casos de la COVID-19 en el mundo hasta el mes en curso, 40 por ciento corresponde a la región de las Américas y 48 por ciento de fallecimientos, afirmó María de Lourdes García García, subdirectora de Prevención y Vigilancia en Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
La médica mexicana expresó que en nuestra región existen las cuatro variantes virales de preocupación, que se presentan en Argentina, Aruba, Brasil, Canadá, México, Puerto Rico y Estados Unidos; mientras que en poblaciones indígenas de 18 países hay afectaciones por la infección.
La crisis por la COVID-19 significa una emergencia sanitaria, por numerosas pérdidas de vida y crecientes efectos económicos y sociales. Además de menores tasas de crecimiento, dinamismo exportador, inversión productiva y empleo, agravó un proceso de estancamiento económico que se enfrentaba antes de la crisis sanitaria, subrayó.
En tanto, Gabriel Mario Capitelli, secretario de Relaciones Internacionales de la Universidad de Buenos Aires, Argentina (UBA), refirió que nunca antes se necesitó investigar y producir el doble de la cantidad de dosis de vacunas, lo cual resulta de multiplicar la población mundial por dos.
“Es una vacuna que se desarrolló en tiempo récord en todo el mundo, cuyo gran desafío fue no solamente producirla, sino transportarla y conservarla, pues se ha requerido vacunas al 70 por ciento de la población mundial”. Afortunadamente hoy se han suministrado de 23 a 26 millones de dosis en América Latina, señaló el veterinario argentino.
Se pronunció por apoyar la cooperación en investigación básica entre los latinoamericanos para lograr un biológico propio. “Como universidades tenemos que seguir colaborando en el desarrollo de una vacuna y definir cómo las vacunas existentes se van a incorporar a todos los grupos poblacionales”.