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WASHINGTON, 11 de junio (Quadratín México).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que nada impide que se apruebe una reforma migratoria ”de sentido común” antes de que acabe el verano, y pidió a los congresistas no prolongar la vigencia de un injusto e ineficiente sistema contrario al bienestar del país.
“No hay razones para que el Congreso no pueda hacer esto antes del fin del verano”, aseguró Obama en un discurso en la Casa Blanca, donde consideró que “no hay buenas razones” para que el debate, que comienza hoy en el pleno del Senado, no prospere.
El exhorto se produjo después que el Senado inició la consideración de la reforma migratoria para determinar su destino final, en medio de señales de los republicanos de que permitirán su debate formal, pero sólo votarán a su favor si es objeto de cambios mayores.
Acompañado por líderes civiles demócratas, republicanos, de negocios y algunos de los estudiantes beneficiados con la acción diferida que su gobierno decretó el año pasado, Obama dijo que no existen ya excusas para postergar la reforma.
“Mi administración ha hecho lo que ha podido por nuestra cuenta. El Congreso necesita actuar”, señaló el mandatario, quien añadió que el proyecto de ley que hoy mismo comenzará a debatir el Senado “no es perfecto” pero ayudará a corregir el maltrecho sistema migratorio del país.
“No hay ninguna buena razón para entrar en juegos de procedimiento o recurrir al obstruccionismo sólo para bloquear la mejor oportunidad que hemos tenido en años para enfrentar este problema de una forma justa para las familias de clase media, para los empresarios, para los inmigrantes legales”, subrayó.
El mandatario consideró que el proyecto de ley bipartidista “no es perfecto”, sino que es “un compromiso” entre distintas posiciones, por lo que “de ahora en adelante, nadie va a conseguir todo lo que quiere en este debate; ni los republicanos, ni los demócratas”, ni él mismo.
En este sentido destacó tres de los principales elementos a que su juicio deberá contener la reforma: una ruta para la ciudadanía, un fortalecimiento adicional en la frontera y un sistema más efectivo de control laboral, así como sanciones más severas para quienes contraten indocumentados.
“En las próximas semanas, ustedes escucharán cómo algunos de los oponentes de la reforma migratoria tratan de inyectar miedo y crear divisiones, y difundir los mismos viejos rumores y mentiras que hemos escuchado otras veces”, advirtió.
Cuando eso ocurra, Obama pidió pensar en la nigeriana Tolu Olubunmi, una joven que tuvo a cargo su presentación a los asistentes al evento en el Salón Este, y el argentino Diego Sanchez, dos jóvenes indocumentados, conocidos como “dreamers”.
“Ellos quieren entrar en la historia estadunidense”, indicó Obama, y llamó a los ciudadanos a llamar y escriber a los miembros del Congreso para presionarles a “hacer lo correcto”.
Reconoció que el proceso marcado en la legislación “no será rápido”, ya que llevará “al menos 13 años hasta que la gran mayoría de estos individuos puedan solicitar siquiera la ciudadanía”.
“Pero esta es la única manera en que podemos asegurarnos que todos los que están aquí están respetando las mismas reglas. Que las familias ordinarias, paguen impuestos y consigan sus propios seguros de salud”, y señaló que no debe haber una “garantía”, sino una “oportunidad” de lograr la ciudadanía.
Obama habló también de las ventajas económicas de la ley, en un país donde “uno de cada cuatro nuevos propietarios de pequeños negocios son inmigrantes”. “Constantemente nos nutrimos del talento de todo el mundo. Ningún otro país puede igualar esa historia”, aseveró.
Recordó además que su administración ha “hecho de la seguridad en la frontera una prioridad”, al duplicar el número de agentes fronterizos respecto a 2004 y marcar un récord en las “deportaciones de criminales”.
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