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CIUDAD DE MEXICO, 29 de octubre (Quadratín México).- Al comparecer en el Senado como aspirante a ministra de la Suprema Corte, la magistrada Andrea Zambrana se pronunció porque eñ Congreso revise las figuras de arraigo y testigos protegidos.
Zambrana consideró que estas figuras en tratados internacionales se les equipara con un “secuestro, en comillas” y, en consecuencia, violatorias de los derechos humanos, aunque, reconoció que por la situación que atraviesa México se les usa como medidas precautorias.
La aspirante a ministra de la Suprema Corte también consideró que las pruebas de control de confianza, como el polígrafo, no tienen una efectividad del 100%, por lo que deben aplicarse con otros mecanismos para el juzgador.
El perredista Manuel Camacho le preguntó que opina a la luz del conjunto de principios constitucionales y de la experiencia de los últimos años de las figuras del arraigo y de la utilización de testigos protegidos.
“Me parece que específicamente la figura del arraigo, hoy por hoy, nos plantea un problema de política, yo me atrevería a decir legislativa, porque hay varios tratados internacionales que justamente lo declaran violatorio de derechos humanos. En este país sigue considerándose como una medida precautoria, que probablemente, ahí sí no sabría, no manejo las razones ministeriales técnicas para la figura, digo, me queda claro que es para que se reúnan elementos de información, no me queda tan necesariamente tan claro la conveniencia de tener a una persona arraigada, en otros términos, por jurisprudencia de las cortes, secuestrada, con comillas ¿No? en lo que la investigación se lleva a cabo”.
Consideró que es una figura que tendría que llamar a un debate como sociedad, para aportar elementos técnicos, tanto el ministerio público como los legisladores, la sociedad para saber si debe permanecer o acotarse, si tiene que respetarse a raja tabla lo que dicen los tratados que la consideran violatoria de derechos, “porque hasta, inclusive, hasta donde yo sé, y en el seno del Poder Judicial sí hay una gran problemática por lo que hablábamos de la impunidad”.
“Si bien pareciera de un análisis inmediato, directo, que la figura es violatoria de varios derechos, también es cierto que las condiciones en que estamos, hoy por hoy, la posibilidad de que por no obsequiar un arraigo la persona no sea investigada o no se tengan los elementos necesario para proceder a que sea procesada y eventualmente condenada, pues tiene que ponerse en la balanza y creo que como figura tenemos que encontrar una solución que sea al mismo tiempo garante del orden constitucional y de los derechos de las víctimas y de los derechos del inculpado”.
En el tema de testigos protegidos, refirió que es el mismo tema, cuya decisión de recurrir a éstos recae en el Ministerio Público.
“Tiene ventajas y desventajas, como toda figura jurídica, que es muy nueva en nuestro medio, que tendremos que esperar sus resultados con algún tiempo. No creo que sea tan fácil extrapolar las figuras sajonas a un derecho continental. Creo que hay que hacerlo con cuidado, atendiendo a la idiosincrasia, a la cultura jurídica, a la manera de ser de este país. Tampoco creo que sea una figura que tendríamos que desechar per sé y antes que nada, pero tendremos que ir viendo su utilidad en la realidad y ¿por qué no? haciendo los ajustes”.
QMX/grr