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CIUDAD DE MÉXICO, 20 de abril (Quadratín México).-Con el nombre de Mario Moreno Reyes, nació en 1911 en Ciudad México uno de los comediantes más geniales del mundo. De cuna humilde, fue en su juventud boxeador, soldado y torero antes de triunfar en el mundo del espectáculo por sus extraordinarias dotes de cómico y mimo.
Su entrañable personaje de Cantinflas, apodo que él se inventó, fue un hombrecillo de barrio pobre, de viejos pantalones caídos, sombrerito y bigote de tres pelos, que parloteaba incoherencias y concluía con su famosa frase : “Ahí está el detalle”.
Hizo decenas de películas memorables y en 1956 ganó un Globo de Oro por “La vuelta al mundo en ochenta días”, que lo convirtió en el actor mejor pagado de la historia . Poco antes de su muerte ocurrida un día como hoy, en 1993.
Gozó de una enorme popularidad con la interpretación de su personaje Cantinflas, un hombre salido de los barrios pobres que se originó del típico pelado. El personaje se asoció con parte de la identidad nacional de México, sobre todo de las clases bajas, y le permitió a Moreno establecer una larga y exitosa carrera cinematográfica que incluyó una participación en Hollywood.
Se dice que el estilo de salir a hacer comedia, disfrazado de “peladito”, lo tomó del comediante Manuel Medel. Se ha dicho de Mario Moreno que es el “Charles Chaplin de México”.
Mientras que algunas de sus películas fueron dobladas al inglés para las audiencias angloparlantes y su trabajo fue bien recibido entre la gente de Francia, el juego de palabras que usaba en español no se traducía bien a otras lenguas, por lo que sólo tuvo un estruendoso éxito en Latinoamérica, en España y en Guinea Ecuatorial, donde todavía tiene muchos admiradores.
Como pionero del cine mexicano, Mario Moreno ayudó a su crecimiento en la Época de oro. Además de ser un líder en los negocios, también llegó a involucrarse en la política de México. Aunque fue conservador, su reputación como portavoz de los desprotegidos le dio a sus acciones autenticidad y se convirtió en alguien importante en la lucha contra el charrismo sindical, que es la práctica del gobierno de un solo partido, para manejar y controlar los sindicatos.
Su personaje ha sido analizado desde la década de los cincuenta por numerosos críticos de los medios de comunicación, filósofos, antropólogos y lingüistas.
Fue el sexto de doce hijos del matrimonio de Pedro Moreno Esquivel, un humilde cartero, y María de la Soledad Reyes Guízar. Cuatro de ellos murieron debido a malos partos. Ocho sobrevivieron, José “Pepe”, Rafael, Mario, Gabriel, Eduardo, Esperanza, Julio y Roberto.
Mario Fortino Alfonso nació en la Ciudad de México, se crió en el barrio de Santa María la Ribera , y posteriormente creció en el barrio bravo de Tepito. Después de un intento fallido de entrar a los Estados Unidos por California, se convirtió en boxeador para ganarse la vida.
A principios de 1928 se alistó en el Ejército Mexicano como soldado de infantería con estudios de mecanógrafo. El 23 de mayo de ese mismo año, su padre envió una carta solicitando su baja, comprobando que su hijo tenía 16 años y no 21 como lo había señalado. Mario Moreno había falseado información para alistarse en el ejército.
Se casó con Valentina Ivanova, originaria de Moscú, el 27 de octubre de 1934 y permaneció con ella hasta la muerte de Valentina, en 1966. En 1961 Moreno e Ivanova adoptaron a un niño, al cual llamaron Mario Arturo Moreno Ivanova.
Su personalidad cómica lo llevó a las carpas de los circos y de ahí pasó al teatro y al cine. En los escenarios populares compartió créditos con el socio artístico de sus primeros años, Manuel Medel Ruíz, con el que además filmó tres películas entre 1937 y 1939.
Moreno sirvió como presidente de la ANDA (Asociación Nacional de Actores) y fue el primer secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC).
Después de retirarse, Mario Moreno dedicó su vida a ayudar a los demás a través de la caridad y de organizaciones humanitarias, sobre todo las que se dedicaban a ayudar a los niños.
Murió a causa de un cáncer de pulmón el 20 de abril de 1993. Miles de personas se reunieron en un día lluvioso para su funeral, un evento nacional que duró tres días. Sus cenizas yacen en la cripta familiar de la familia Moreno Reyes, en el Panteón Español de la Ciudad de México. Fue homenajeado por muchos jefes de Estado y por el Congreso de los Estados Unidos, que mantuvo un minuto de silencio por él.
Después de su muerte, comenzó una batalla legal entre su hijo y legítimo heredero, Mario Moreno Ivanova, y el sobrino del actor, Eduardo Moreno, sobre el control de 34 películas hechas por Cantinflas. El sobrino sostenía que su tío le había dado permiso escrito para tomar los derechos de las películas cuando estaba en su lecho de muerte. Moreno Ivanova argumenta que es el heredero directo de Cantinflas y por lo tanto los derechos le pertenecen. Eduardo Moreno ganó la demanda en dos ocasiones, pero finalmente triunfó Moreno Ivanova, luego de dos apelaciones.
Al mismo tiempo, otra demanda surgió entre Columbia Pictures y Mario Ivanova sobre el control de esas películas. Columbia dice que compró los derechos de las películas hace cuatro décadas, en una corte que notó varios errores en los documentos. Moreno Ivanova quería que los derechos quedaran en su poder y, más generalmente, en el poder de México, como tesoro nacional.
El 2 de junio del 2001, luego de 8 años de batalla, finalmente Columbia se quedó con los derechos de las 34 películas disputadas.
La Real Academia Española incluyó el término “cantinflear” en su diccionario. “Ya ve usted, terminé en verbo”, comentó el genial actor.
QMX/fm