El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Se perpetró el “fideicomicidio” ordenado por Palacio Nacional. La Cámara de Diputados extinguió 109 fideicomisos y con ello, la 4T se embolsa, de golpe, 68 mil millones de pesos; un plato de lentejas para el tamaño del hambre de capital fresco en medio de una sequía financiera pandémica.
No hubo fondo que sobreviviera a la maratónica, caótica y ríspida sesión de 19 horas, con todo y cachetadas, insultos y patadas. El choque era inevitable porque el diálogo fue imposible.
Las protestas del variopinto conglomerado de académicos, investigadores de la ciencia y la tecnología, creadores artísticos, deportistas de alto rendimiento, becarios, activistas, defensores de los derechos humanos y víctimas de la violencia resultaron invisibles para los diputados sumisos, agachones, indignos “levantadedos” de Morena y su rémora “petista”. Los protestantes, que en su momento creyeron en el cambio prometido por López Obrador, algunos de los cuales votaron por él, fueron traicionados. Son perdedores.
El presidente López Obrador, en cambio, jura que quienes defienden las virtudes de los fideicomisos defienden la corrupción, a los ladrones, al robo en despoblado de funcionarios viles, rapaces, gorrones y gandayas que usaban los fondos federales como caja chica.
Pronto veremos quién tiene razón, o bien, si el “fideicomicidio” perpetrado deviene en traición y derrota a la razón.