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CIUDAD DE MÉXICO, 9 de diciembre de 2017.- Diversos estudios de opinión pública en México coinciden en que el Congreso de la Unión se encuentra entre las instituciones políticas con menor aprobación y confianza ciudadana, señala el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado de la República.
Los electores que se consideran bien representados son una minoría, pero también son pocos los que tienen un amplio conocimiento sobre las funciones que realizan los diputados y senadores, de acuerdo con la investigación La percepción de las y los mexicanos en el Congreso de la Unión, elaborado por el maestro Felipe de la O.
En varios países, se añadió en un comunicado, incluyendo el nuestro, hay una crisis democrática en la que los ciudadanos están cada vez más distanciados de las decisiones e intereses de los legisladores, y las vías de comunicación entre la población y el gobierno resultan inexistentes o poco eficientes, advierte el estudio.
La falta de rendición de cuentas puede ser uno de los detonadores del debilitamiento de la democracia, señala el IBD; también la poca efectividad percibida por los mexicanos con respecto a la labor legislativa en temas de relevancia.
Para alcanzar una percepción más positiva del Poder Legislativo, el Congreso podría diseñar estrategias y métodos para mejorar la comunicación y el diálogo entre diputados y senadores con la ciudadanía, sugiere la investigación.
También es fundamental que transmita de manera clara y responsable la labor legislativa, para lo cual puede ayudar el uso de redes sociales y la construcción de comunidades virtuales.
Otro punto importante, abunda el IBD, es fortalecer la rendición de cuentas como una práctica cotidiana, necesaria y fundamental; con información que provean los integrantes del Congreso, los ciudadanos podrán conocer los argumentos que orientan sus decisiones.
En México existen pocos estudios de opinión pública sobre el Congreso de la Unión porque el sistema político mexicano restó importancia, durante varias décadas, al análisis y dinámica del Poder Legislativo.
No obstante, desde hace 23 años se ha incrementado el número de encuestas y estudios dedicados a explorar la confianza e imagen que la ciudadanía tiene con respecto a esta institución.
El IBD sugiere realizar un nuevo estudio de opinión pública en torno al Congreso de la Unión, que permita identificar con mayor precisión si la desconfianza y desaprobación ciudadana están relacionadas con el desconocimiento y la desinformación; o por la forma en que los legisladores desempeñan sus cargos, así como por el funcionamiento del Congreso en general.
Hasta el momento, los estudios realizados han comprobado que la calificación del Congreso ha sido constantemente baja desde 1994. También denotan que la confianza y aprobación es cambiante en coyunturas críticas y registros históricos, los cuales deben ser estudiados para encontrar las causas del desmoronamiento de la percepción positiva sobre el Congreso.