Juego de ojos/Miguel Ángel Sánchez de Armas
Salvador Guerrero Chiprés
@guerrerochipres
Nuestras y nuestros viejos, así como las Niñas, Niños, Adolescentes y mujeres representan los grupos más vulnerables a diversas violencias que se gestan desde el hogar. Un espacio donde ellas y ellos esperarían disfrutar de su vejez.
Ante el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, que se conmemora este 15 de junio, es necesario revisar lo que hacemos por ellas y ellos.
Los datos muestran una realidad que debe ser atendida. Entre 2020 y este año, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México ha recibido cerca de 3 mil reportes de todo el país por maltrato a personas adultas mayores, a través de la Línea Plateada y el Chat de Confianza 55 5533 5533.
Los casos revelan violencias emocional, patrimonial, física, sexual y de omisión de cuidados; con mucha frecuencia combinadas.
El estrés, las complicaciones económicas y enfrentarse al deterioro de la salud de las y los adultos mayores con el paso de los años hacen que para muchas personas sea difícil convivir con paciencia y empatía. Pero eso no justifica que sean las personas adultas mayores sean violentadas de ninguna manera.
Las mujeres son quienes más padecen las agresiones, en un 72 por ciento de los casos; el 31 por ciento de las víctimas tiene más de 80 años, pero lo que resulta preocupante es que en el 53 por ciento provenga de las o los hijos.
Las proyecciones del Consejo Nacional de Población indican que, ante los avances en materia de salud, la esperanza de vida para las mujeres sea en 2050 de 82 años y de 76 para los hombres, lo que implica una mayor demanda en servicios de salud, seguridad social, una mejor movilidad y accesibilidad y recursos humanos para su cuidado.
El mundo en el que queremos vivir se construye desde el presente y para ello hay que cambiar actitudes y acciones que dañan el bienestar físico y emocional de quienes ya son mayores de 60.
Crear redes de apoyo familiares y vecinales es indispensable para estar al pendiente de ellas y ellos, acompañarles, por ejemplo, en su inmersión a la vida digital, a la que se han visto orilladas, o hacerles sentir que no están solas ni solos para solventar sus necesidades básicas.
Hoy, el 21 por ciento de quienes reportan el maltrato son personas conocidas, vecinos o amistades. Una muestra de la importancia que desde la ciudadanía se da a las personas adultas mayores.
Profundizar ese cuidado, con denuncias y atención, aumenta las probabilidades de una vejez digna y libre de violencia.