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CIUDAD DE MÉXICO, 26 de julio de 2018.- Un eclipse total de Luna ocurrirá este próximo viernes 27 de julio. Será el segundo más largo del siglo XXI, si se considera el ocurrido en el año 2000, pero no se verá en México.
Tendrá una duración de una hora con 43 minutos y se podrá observar en su totalidad en Europa, en la parte oriental de África, en el Océano Índico y en parte de Asia y Oceanía. En nuestro continente únicamente lo podrán captar en su fase penumbral en Sudamérica, donde no se verá a simple vista, sino con instrumentos especiales, afirmó Daniel Flores Gutiérrez, académico del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM.
De acuerdo a la información de la máxima casa de estudios, comenzará a las 19:30 GTM (Greenwich Mean Time), añadió Flores, titular del Departamento de Efemérides del IA.
Eclipses lunares
Los eclipses lunares ocurren cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, y genera un cono de sombra que oscurece a nuestro satélite natural.
Para que suceda un eclipse, los tres objetos celestes deben estar alineados, pues así la Tierra bloquea los rayos solares que llegan a la Luna. El de este viernes será un eclipse lunar total, es decir, toda la superficie del satélite entrará en el cono de sombra terrestre.
“Los eclipses de Luna ocurren solamente cuando ésta se encuentra en su fase de Luna llena, y si en ese momento las condiciones geométricas del sistema Tierra-Luna son tales que la Luna cruza la sombra de la Tierra. Cuando el satélite se sumerge completamente en la sombra de la Tierra tenemos un eclipse total de Luna”, detalló.
Oscuridad y Luna rojiza
El científico narró que cuando nuestro satélite va penetrando la sombra de la Tierra aparece un contorno curvilíneo que es el perfil del planeta; entonces la luz blanca que refleja la Luna se torna en una coloración gris oscura.
Cuando se acerca gradualmente a la totalidad, la Luna llena se va convirtiendo en luz roja, “realmente muy bella”, comentó.
La mayoría de los eclipses ocurren así porque la incidencia de la luz del Sol atraviesa la atmósfera y debido al polvo que ésta contiene vemos a la Luna rojiza. “Hay ocasiones en que las condiciones de la atmósfera no tienen demasiado polvo y entonces la vemos grisácea, lo que es poco frecuente”, precisó.
A diferencia de los eclipses solares, que pueden ser vistos solamente desde una parte relativamente pequeña de la Tierra y duran unos pocos minutos, un eclipse lunar puede ser observado desde cualquier rincón del planeta en donde sea de noche, y se prolonga durante más de una hora.
A nivel científico, los eclipses lunares son fenómenos conocidos desde la antigüedad, por los chinos y los antiguos mesoamericanos. “En la actualidad nos ayudan a estudiar el movimiento del sistema Tierra-Luna y de los cuerpos en el Sistema Solar. Cada evento de este tipo sirve para mejorar el cálculo del movimiento de los cuerpos celestes”, concluyó.