Abanico
Envejecimiento, menos crecimiento
El crecimiento económico se está desacelerando en las economías avanzadas, en parte debido a que el fin del auge de la natalidad de la
posguerra produjo una caída en el crecimiento poblacional y en la fuerza laboral (pese a la inmigración).
En muchas economías avanzadas la población en edad laboral ya está bajando: en Europa caerá más del 20% en 2015–55, con la consecuente disminución en el crecimiento del PIB.
En Estados Unidos, durante los 40 años de 1975 a 2015, la población entre 20 y 64 años creció un 1.24% anual, pero las proyecciones sugieren solo 0.29% para los próximos 40 años.
Según un estudio del Fondo Monetario Internacional publicado en Finanzas & Desarrollo, su órgano editorial de análisis y basado en varios estudios, el crecimiento del PIB disminuye aproximadamente uno a uno con la reducción del crecimiento poblacional y de la fuerza laboral, perspectiva alarmante para Estados Unidos y Europa.
El consumo de los niños y, en cierta medida, de los ancianos es solventado por los adultos de edad intermedia —aquellos alrededor de 25–59 años— que producen más de lo que consumen. Y es que a medida que la población envejece, la proporción de trabajadores disminuye, en tanto que la proporción de ancianos de gran consumo aumenta.
En Estados Unidos, Japón y Suecia, el consumo relativo de los ancianos es mucho más elevado que el promedio que se observa en Austria y España, el aumento relativo es mucho menor.
Este fenómeno se cuantifica con la tasa de sustento del número total de trabajadores respecto de consumidores (que incluye a todos: jóvenes, personas de edad intermedia y ancianos).
Cuanto más baja es la tasa de sustento, menos trabajadores hay para financiar a los consumidores, de modo que es necesario reducir el consumo o aumentar la oferta de trabajo (por ejemplo, mediante el aumento de la edad jubilatoria).
En 2015–50, la tasa de sustento caerá a 0.26% anual en Estados Unidos, 0.40% en otros países de alto ingreso y 0.82% en China. Esto significa que para 2050, a menos que aumente la oferta de trabajo, el consumo deberá caer en 25% en China, 9% en Estados Unidos y 13% en otros países de alto ingreso.
Los ancianos pagan por el consumo de distintos modos. Además de lo que ganan si aún trabajan, los consumidores mayores dependen en parte de sus activos (incluidas fincas y empresas, viviendas, y ahorros e inversiones). Otra parte proviene del gobierno en efectivo (pensiones) y como transferencias publicas en especie (como los servicios de salud y atención a largo plazo).
Estas transferencias públicas se solventan mediante impuestos, apoyo recibido de familiares más jóvenes. En Asia oriental, los ancianos reciben más apoyo de sus familias del que brindan.
Pero en gran parte del resto de Asia (incluidos Corea y Japón), Europa y LA, en promedio las personas mayores dan más a sus familiares más jóvenes de lo que reciben.
Lo opuesto ocurre en Estados Unidos, donde en general la gente se jubila más tarde y depende más de sus propios activos en la vejez. América Latina se ubica entre ambas situaciones, y Asia se asemeja a Estados Unidos.
Las transferencias del sector público para pensiones, salud y atención a largo plazo son un problema especial a medida que envejece la población, dado que estos pagos absorben una gran porción del presupuesto público.
Según proyecciones, normalmente estos programas serán insostenibles a menos que haya un aumento de impuestos o una reducción de las prestaciones, o ambos.
*** Renminbi chino, moneda de reserva
TOME NOTA *** El renminbi alcanzara prominencia mundial en la medida en que el poderío económico y financiero de China, crezcan Una gran desaceleración del crecimiento o, lo que es peor, el colapso del sistema financiero podrían modificar su trayectoria y descarrilar el ascenso del renminbi.
En realidad, algunas de las políticas para afianzar la talla internacional del renminbi —incluida la apertura de la cuenta de capital y la determinación del tipo de cambio más libremente por las fuerzas del mercado— podrían exponer la estabilidad económica y financiera de China a diversos riesgos ante un manejo equivocado de estos cambios de política.
A pesar de ciertos tropiezos en el proceso, el renminbi se encuentra camino a convertirse en una moneda internacional importante, como parte de un proceso de muchos años y difícilmente lineal.
Si China juega correctamente sus cartas, con reformas adecuadas en el sector financiero y otras orientadas al mercado, el renminbi chino podría convertirse un día en una moneda de reserva importante y, en definitiva, representar hasta el 10% de las reservas de divisas.
Sin embargo, para que el renminbi se convierta en una moneda de refugio, China deberá iniciar reformas incluso de mayor alcance
de su marco institucional, que en definitiva modificarán sus instituciones políticas, jurídicas y públicas, según un análisis realizado por Eswar Prasad es Profesor de la Facultad Dyson en la Universidad de Cornell y Profesor titular en la Brookings Institution publicado en la revista Finanzas & Desarrollo del FMI.