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Escenario político
Ceneval, puras trabas
Sin duda el oficio del periodismo, hoy una profesión, se ejerce en la práctica, en el día a día, bien como reporteros o bien como comunicólogos en alguna dependencia o empresa.
Muchas veces la práctica nada tiene que ver con la enseñanza académica o metodológica, al menos en esta profesión donde muchos, atrapados por el mismo trabajo desde muy jóvenes, no cumplieron el requisito de titularse pero en la práctica, en los hechos, son más que profesionales.
Pero al parecer los académicos del Ceneval no entienden esa parte y le cuento esto porque hace un par de meses el Ceneval lanzó el programa 286 para la titulación de Licenciado en Periodismo por experiencia, es decir, todos aquellos que ejercen esta profesión y el costo fue de nueve mil pesos.
El examen constaba de dos partes, una teórica que nada tenía que ver con el diario quehacer de informar y redactar, yla otra una carpeta donde se resumía toda la experiencia del sustentante con un mínimo de experiencia de cinco años.
Se dieron cita casi 200 periodistas y comunicólogos, todos presentando su carpeta como lo especificaba el Ceneval en sus bases nada claras, por cierto, y se prestaron a realizar en un solo día examen escrito y entrega de evidencias.
Los resultados que apenas se dieron a conocer hace unos días fueron, para la mayoría, decepcionantes, ya que nunca se tomó en cuenta la experiencia y tampoco se puede dialogar con ellos para pedir una revisión de exámenes como lo hacen otras instituciones, más esta que es un órgano de la Secretaría de Eduación Pública.
Si quiere revisión, contesta por teléfono de forma déspota la doctora Claudia Ochoa, directora del área de Acreditación y Certificación del Conocimiento, vuelva a hacer el examen el próximo año, claro por otros nueve mil pesos, sin mayor explicación.
Todos piden hablar y ser escuchados, en la integración teórica del examen se noto la clara ausencia de alguien que supiera de periodismo, que lo hubiera practicado alguna vez, no sólo las teorías que vienen en los libros y que en la práxis no se utilizan.
Pero no ha sido así, las llamadas llegan por decenas a su oficina y no las toma porque simplemente no le interesa, aunque muchos de los sustentantes son figuras reconocidas en el medio con una experiencia mínima de 20 años de ejercicio.
Ojalá el director general del Ceneval, Doctor Rafael López Castañares o el secretario de Eduación Pública puedan escuchar las voces de quienes confiaron en el Ceneval y entregaron en tiempo y forma sus documentos, es muy lamentable que este tipo de trabas siga haciendo tanto daño a la educación y la superación de muchos en este país.