Corrupción neoliberal
Muchos países, sin duda, viven de las remesas que obtienen de los trabajadores que laboran en otro país y mandan su salario a sus familias en su país de origen. De los 580 mil millones de dólares que se movieron en la economía global por remesas en 2015, más de 435 mil millones se destina a las economías en desarrollo.
Tan sólo las remesas de los trabajadores representan dos por ciento del PIB de las economías de mercados emergentes, en tanto que la inversión extranjera directa (IED) representa 3%, la inversión de cartera roza 1% y las transferencias oficiales (ayuda externa) superan apenas 0.%.
De acuerdo con un estudio del Fondo Monetario Internacional, en 201, alrededor de 115 países recibieron remesas equivalentes como mínimo a 1% del PIB, y 19 recibieron el equivalente a 15% o más. En comparación con el capital privado o la ayuda oficial, las remesas son más estables —su volatilidad cíclica es sensiblemente menor— y sufrieron una contracción mucho más leve tras la crisis financiera internacional que comenzó en 2008.
En algunos países, las remesas eclipsan otros flujos externos. Por ejemplo, en 2015, la afluencia de remesas en Jordania —uno de los 30 receptores más grandes de los últimos años— representó aproximadamente 9% del PIB, más del cuádruple de la afluencia de IED y tres veces y media la colocación privada de eurobonos.
Aunque es innegable que las remesas aportan beneficios tangibles al país receptor, dado que apuntalan el ingreso y el consumo de las familias de los remitentes en el país de origen, también cabría esperar que la llegada de flujos de tal magnitud
ano tras ano tuviera efectos sustanciales en la economía global, y no necesariamente benéficos en todos los casos.
Una encuesta de estudios económicos (Chami et al., 2008) revela que las remesas tienen efectos mensurables en los tipos de cambio, la sostenibilidad de la política de tributación y gasto (fiscal), las instituciones y la gobernanza, el crecimiento económico a largo plazo y la política monetaria.
Varios estudios muestran que la afluencia persistente de remesas ejerce una presión al alza en el tipo de cambio real a largo plazo, lo cual encarece los bienes que la economía receptora exporta.
Más allá del efecto en los tipos de cambio y las exportaciones de bienes transables, estos flujos son un canal que puede transmitir shocks de los países originadores a los receptores de las remesas y que vincula sus ciclos económicos.
Las remesas, que son comunes no sólo en los países de bajo ingreso sino también en una variedad de economías de mediano ingreso y de mercados emergentes, también pueden influir en la conducción de la política monetaria, al mejorar los balances bancarios al crear una base de depósitos estable y básicamente gratuita, ya que en gran medida no son sensibles a las tasas de interés.
En igualdad de condiciones, los países beneficiarios suelen tener sistemas bancarios más grandes. Por lo tanto, como el depósito de remesas incrementa el volumen de la intermediación financiera, las remesas presuntamente contribuirán a reforzar la transmisión de la política
*** Crédito Real sorprende
TOME NOTA *** A cuatro años de que la financiera Crédito Real, cotice en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), la firma de Ángel Romanos sorprendió a sus propios inversionistas al reportar el mejor trimestre de su historia, siendo que tras aumentar en un 39% el número de clientes, en gran medida por la consolidación de las adquisiciones de este año en Centroamérica y Estados Unidos, su utilidad neta creció 73%, algo así como 587 millones de pesos.
Lo anterior parece indicar que será un punto de inflexión en la historia de Crédito Real, pues para el 2016 se estima que tendrán un crecimiento de utilidades entre el 15% y 20% con un rendimiento sobre capital contable cercano al 20%, además de colocar su cartera crediticia en alrededor de 23 mil millones de pesos, impulsada por los productos de Nómina, Autos y Pymes.
*** Vidanta refuerza compromiso social
Reconocimiento aparte merece el grupo Grupo Vidanta, que preside Daniel Chávez Morán, ya que ayer (miércoles 26) por la noche en el Colegio de México, de Silvia Giourguli, se entregaron los reconocimientos Fundación Vidanta, mismos que reconocen, apoyan y financian a organizaciones por sus contribuciones a la reducción de la pobreza y la desigualdad en América Latina y el Caribe, y vaya que el apoyo es considerable al alcanzar 250 mil dólares.
Los programas seleccionados este año por la Fundación, que dirige Roberto Russell, y que fue creada de la mano de la Organización de los Estados Americanos (OEA), de Luis Almagro, y de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), de Rebeca Grynspan, son para los proyectos “Una Brisa de Esperanza”, en Bolivia; la ONG “Alcatraz”, en Venezuela; y “Diseños Mayas de Yucatán” en México, respectivamente.
*** ITAM forma líderes
Aquí le platique sobre la entrega del Premio Nacional Tlacaélel de Consultoría Económica, reconocimiento que entrega la firma Consultores Internacionales, que preside Julio Millán, pues en el evento quedo claro que el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), que lleva Arturo Fernández, es hoy por hoy el principal formador de especialistas en finanzas públicas del país.
De dicha casa de estudios han salido cuadros como José Antonio Meade, secretario de Hacienda; Agustín Carstens, Gobernador del Banco de México; Julio Alfonso Santaella, titular del INEGI; Pedro Aspe, exsecretario de Hacienda en el sexenio de Salinas; Alonso Lujambio, ex secretario de Educación Pública; José Ramón Cossío, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; Santiago Creel, ex secretario de Gobernación; y Luis Carlos Ugalde, ex consejero presidente del IFE, entre otros itamitas. [email protected] y [email protected]