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CIUDAD DE MÉXICO, 30 de abril de 2017.- En materia de servicios públicos, alimentación óptima y la erradicación de la violencia para garantizar un adecuado desarrollo de la niñez mexicana aún hay camino por andar.
De acuerdo con la información del Módulo de Condiciones Socioeconómicas de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, 2012, tres de cada 10 niñas y niños habitan en hogares donde existe algún tipo de restricción moderada o severa para acceder a la alimentación requerida para llevar una vida sana y activa; en contraste, entre la población general esta carencia afecta al 23 por ciento, refiere el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en un comunicado.
«La carencia por acceso a la alimentación es el único indicador de carencia social que presentó una tendencia desfavorable entre 2008 y 2012, afectando en una proporción mayor a la población infantil, en comparación con la población en general. Entre la población total, la incidencia de esta carencia aumentó 1.6 por ciento, mientras que entre la población infantil y adolescente se incrementó en 2.5 por ciento», detalló el Inegi.
En México, la Ley Federal del Trabajo establece una prohibición en la utilización del trabajo de los menores de catorce años y los mayores de esta edad y menores de dieciséis que no hayan terminado su educación obligatoria, necesitando la autorización de sus padres o tutores.
De acuerdo con los resultados del Módulo de Trabajo Infantil 2013 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 8.6 por ciento de las niñas de 5 a 17 años realizan una actividad económica, es decir, forman parte de la población ocupada: 36 por ciento de estas personas no asiste a la escuela y la proporción restante, 64 por ciento, combina trabajo y estudio; 2.4 por ciento no tienen escolaridad; 38.7 y 48.1 por ciento cuentan con algún grado de primaria o secundaria, respectivamente.
El Inegi indica que las cifras de pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) permiten apreciar que los niveles de carencia por seguridad social pasaron de 65 por ciento a 61.2 por ciento.
«Si bien se han presentado avances en materia de cobertura de los servicios de salud y acceso a la seguridad social, es necesario destacar que aún existen grandes retos para garantizar el cumplimiento de estos derechos sociales a la población infantil», apuntó el Inegi.
En el caso de la población de menos de 18 años, la incidencia de la carencia en esta dimensión pasó de 73 por ciento a 65 por ciento, equivalente a 4.4 millones de niñas y niños.
En el año 2012, tres de cada cinco personas de cero a 17 años carecía de algún tipo de acceso a la seguridad social, lo cual implica que 25.4 millones de personas en este grupo de edad no contaban con mecanismos de protección social.