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IRLANDA DEL NORTE, 18 de junio (Quadratín México).- Rusia ha dejado claro desde el primer minuto que condena tajantemente la decisión de Estados Unidos de armar a los rebeldes y que se niega a autorizar en la ONU la imposición de un espacio de exclusión aérea en ese país, lo que, unido al hecho de que Putin piensa, por su parte, seguir armando al régimen de Bachir al Asad, ha conducido a todos a un profundo derrotismo.
Barack Obama y Vladimir Putin solo se pusieron de acuerdo en la necesidad de contener la violencia en Siria y buscar una solución política en medio de la situación catastrófica que se vive en ese país en este momento.
“Estamos de acuerdo en empujar a las partes a la mesa de negociaciones”, dijo Putin. “Queremos intentar resolver el asunto por medios políticos, si es posible, y hemos dado instrucciones a nuestros equipos para una potencial reunión en Ginebra”, ratificó Obama.
El primer ministro británico, David Cameron, reconocía que “existe claramente una gran diferencia entre la posición de Rusia y la del Reino Unido, Francia, Estados Unidos y otros”. Más pesimista aún, el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, advertía que, “a menos que se produzca un gran cambio de posición (de parte de Rusia), no va a ser posible conseguir un acuerdo”. Expresando abiertamente su frustración, el presidente francés, Francois Hollande, se preguntaba: “¿Cómo podemos decir que existen pruebas sobre el uso de armas químicas sin conseguir una condena unánime de parte de la comunidad internacional y del G-8?”.
Obama, que pretende dar un giro al estado actual de la guerra en Siria con su decisión de entregar armamento a la oposición, mantuvo varias reuniones bilaterales, incluida la de Putin, sin poder responder de manera positiva a la pregunta retórica de Hollande. Los líderes de EU, Alemania, Japón, Francia, Italia, Rusia, Canadá y el Reino Unido, tenían previsto continuar las conversaciones en una cena, pero las perspectivas eran funestas.
Putin llegó a esta cumbre con una posición de total rechazo a la intención de Occidente de implicarse más directamente en el conflicto en apoyo de los rebeldes. En unas declaraciones tras el encuentro que sostuvo el domingo con Cameron, acusó a quienes entreguen armas a la oposición de “mancharse las manos de sangre”, y, en una cruda exposición de su visión del conflicto sirio, dijo: “¿A quiénes van a ayudar? ¿A esos que abren los cadáveres de sus víctimas y se comen sus entrañas? ¿Son a esos a quienes quieren a ayudar?”.
El presidente ruso aseguró que el único representante legítimo de Siria es el Gobierno de Bachir el Asad, y añadió que, mientras siga siendo así, Rusia, que le ha entregado poderosas armas ofensivas en los últimos años y meses, le seguirá apoyando.
En medio de este panorama, Cameron manifestó que “aún hay espacio para algunas coincidencias”. Las únicas fueron las mencionadas por Obama y Putin sobre una salida negociada. Pero esa solución pasa por la celebración de la conferencia de paz acordada el mes pasado por los Gobiernos de Rusia y EU, para la que todavía no se ha encontrado formato ni fecha por diversos desacuerdos.
QMX/fm