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WASHINGTON, 13 de enero (Quadratín México).- El empuje que la Casa Blanca busca dar al tema de la violencia armada encontrará un Congreso dividido y lejano de la pronta respuesta que, a juicio de la administración del presidente Barack Obama, los estadunidenses claman.
A una horas de que el vicepresidente Joe Biden presente a Obama las recomendaciones del grupo que encabeza, las divergencias en el Senado sobre el tema eran evidentes, aún entre legisladores demócratas.
Jor Manchin, senador por Virginia del Este, dejó en claro su oposición a cualquier propuesta que implique prohibiciones, en lo que pareció ser una alusión a la ley para prohibir la venta de armas automáticas de asalto que la administración Obama favorece.
“Si vamos a decir que todo tiene que ver con armas (de fuego) y que necesitamos cambios y prohibiciones, están equivocados”, dijo Manchin hablando este domingo en el programa Face the Nation de la cadena de televisión CBS.
Dijo que lo que se requiere es una respuesta amplia y anunció que tanto él, como el senador republicano por Arizona, John McCain, pugnarán por el establecimiento de una comisión sobre masacres, que, dijo esperar, “el vicepresidente la incorpore en sus recomendaciones”.
Manchin se mostró renuente a respaldar aún la prohibición sobre los cargadores de gran capacidad, otra medida apoyada por la Casa Blanca.
Aún la ampliación de las verificaciones sobre la compra de armas, una medida sin las implicaciones de una prohibición fue vista con reservas entre los republicanos.
“Estoy dispuesta a escuchar las propuestas que vengan en este aspecto, pero no sé si eso hubiera impedido lo que pasó en Newtown”, dijo Kelly Ayote, senadora republicana por Nueva Hampshire, en el programa Fox News de la misma cadena de noticias.
El debate sobre el tema se reavivó tras la matanza en una escuela primaria de Newtown, Connecticut, el mes pasado donde murieron 20 niños y siete adultos, entre ellos el atacante.
Las posturas parecieron colocar a algunos legisladores lejos de la concientización sobre una pronta actuación de la clase política que a decir de Biden generaron estos hechos.
“No creo que haya algo que tocó el corazón de los estadunidenses de manera tan profunda como fue la muerte a tiros de esos pequeños. Hay algo que despertó la conciencia del país”, dijo la semana pasada en una de la reuniones que sostuvo con representantes de grupos interesados.
Biden mencionó que aunque prometió a Obama presentar sus recomendaciones sobre el tema este martes, “ello no significa el fin de las discusiones, pero el público quiere que actuemos”.
A decir del propio vicepresidente, las recomendaciones incluirán aspectos como la posesión y el tipo de armas a las que pueden acceder los estadunidenses, y la verificación de antecedentes de potenciales compradores.
Biden pareció anticipar que otra de las propuestas a considerar podría estar encaminada a hacer cambios en las leyes a fin de dar al gobierno mayor autoridad para acceder a información relacionada con la tenencia de armas.
Consideró una ironía que el gobierno enfrente limitaciones legales para conocer información sobre los compradores de armas de fuego o incluso compilar datos sobre hechos criminales en lo que se involucran armas.
Tales vacíos legales han sido resultado en parte del trabajo de la asociación nacional del rifle o NRA, cuyo presidente, David Keene, se mostró confiado del fracaso del nuevo empuje para renovar la prohibición sobre armas automáticas de asalto que expiró en 2004.
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