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WASHINGTON, 20 de junio (Quadratín México).- El rector de la Universidad Nacional Autonóma de México (UNAM), José Narro Robles, afirmó que es momento de hacer grandes cambios en el modelo de desarrollo, y considerar la necesidad de contar con una Carta de los Deberes Humanos, de actuar con responsabilidad frente a la vida y el futuro.
En reunión con funcionarios del México Institute Woodrow Wilson Center for Scholars, refirió que la desigualdad es un problema mundial grave que requiere atención urgente.
“La educación y la ciencia deben ayudar a reducir las brechas, y la ciencia debe prestar atención a los rezagos y necesidades de los tiempos actuales, pero también considerar las demandas que los retos del porvenir plantean”, planteó.
En su ponencia Nuestro mundo: paradojas, problemas y necesidad de cambios indicó que en la actualidad, 23 por ciento de la población mundial tiene entre 12 y 24 años: mil 600 millones.
Sin embargo, alerto, el mundo no les da esperanza y les envía mensajes contradictorios; da la impresión de que a muchos de nuestros gobernantes tampoco se les ve preocupados por el problema de la educación, empleo, valores y falta de identidad en los jóvenes, circunstancias que se presentan lo mismo en países árabes que en Estados Unidos, España, México, Grecia y China.
Este segmento de la población registra tres veces más probabilidad de quedar desempleado que los adultos, añadió.
Por ello, consideró urgente poner al humano en el centro de las políticas públicas. En el mundo actual, el papel del Estado ha sido reducido, por lo que es indispensable recuperar su vocación social, concluyó.
Por otra parte, el rector de la UNAM propuso la integración de un grupo de las mejores universidades de América Latina, conjuntamente con la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), con el fin de generar una propuesta sobre la integración educativa en la región, sometida a la consideración de los gobiernos de nuestros países.
Al participar como invitado a la XLVIII Cátedra de las Américas “La educación y el desarrollo de las Américas”, apuntó que cualquier estrategia deberá considerar al menos tres ejes: la movilidad regional de académicos y estudiantes; la organización de un nuevo modelo de universidad latinoamericana, y la formación del Espacio Común Latinoamericano y del Caribe de la Educación Superior y la Investigación.
“No partimos de cero, existen proyectos en marcha y una enorme experiencia ganada en el pasado. Contamos con el ejemplo del exitoso Erasmus europeo”, subrayó ante el secretario General de la OEA, José Miguel Insulza.
América Latina, dijo, necesita una educación superior que eleve sus capacidades científicas y técnicas, pero también que produzca valores ciudadanos.
“La educación superior, sobre todo la pública, es un instrumento poderoso para abatir la desigualdad y la pobreza, y construir una sociedad más justa y equitativa”, puntualizó.
Por ello, expuso que sin educación disminuye la condición humana, se pierde dignidad y el ser humano permanece en los rincones de la historia con menos posibilidades de desarrollar sus potencialidades.
“El proceso de integración educacional de América Latina debe partir del reconocimiento de su interdependencia cultural, económica, política y social”, sostuvo el rector.
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