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href=»http://mexico.quadratin.com.mx/fedor-dostoievski-fue-considerado-uno-de-los-novelistas-rusos-mas-destacados/crimen-3/» rel=»attachment wp-att-89810″>CIUDAD DE MÉXICO, 9 de febrero (Quadratín México).- Considerado uno de los novelistas rusos más importantes de la literatura universal, Fedor Dostoievski, quien demostró en gran parte de su producción su preocupación por la exploración del alma humana, ha traspasado las fronteras del espacio-tiempo, influenciando diversos ámbitos de la cultura moderna.
De acuerdo con sus biógrafos, Dostoievski, quien murió el 9 de febrero de 1881, tuvo una vida dinámica e intensa, con una serie de acontecimientos a los que se enfrentó que se ven reflejadas y marcadas en sus relatos, entre ellos, “El jugador”, “El idiota”, “Los endemoniados” y “Memorias del subsuelo”.
A los 17 años, por mandato de su padre, ingresó a la Academia Militar de San Petersburgo, en la que concluyó sus estudios, a pesar de no haber encontrado en la preparación su vocación, por lo que al graduarse decidió dedicarse a la literatura.
El literato ruso, quien nació el 11 de noviembre de 1821 en Moscú, Rusia, comenzó en 1846 su primera novela titulada “Pobre gente”, en la que favoreció a dicha clase social, víctima de circunstancias deplorables.
Considerada por la crítica como novedosa, la publicación añadió a la narrativa una dimensión psicológica y expuso, desde el interior de su protagonista, un análisis de sus conflictos.
Ese mismo año, escribió “El doble”, novela que surgió a partir de algunos esbozos y cuentos que escribió años atrás. En ella exploró la conducta y las humillaciones de las personas conocidas como “desheredados”.
En 1849, fue arrestado, encarcelado y sentenciado a ser fusilado por comprometerse en actividades revolucionarias contra el Zar Nicolás I. Al momento de su fusilamiento se enfrentó al pelotón y consiguió que le cambiaran su sentencia por un destierro a Siberia.
Durante su encarcelamiento y gran parte de su destierro, abandonó el ateísmo socialista que practicaba y tomó las enseñanzas de la biblia como estandarte que representaba sus ideas éticas.
La brutalidad que vivió mientras estuvo recluido en Katorga, le permitieron profundizar en la complejidad de la esencia humana y sus instintos.
Luego de que su salud se deterioró por las inclemencias climatológicas fue liberado en 1854, con la condición de servir para el ejército, por lo que fue reclutado en el Regimiento Siberiano.
Fueron cinco años los que se desempeñó como militar del Batallón de la Séptima Línea del Regimiento, que tenía el deber de proteger la fortaleza de Semipalatinsk en Kazakstán.
El ejército representó para Dostoievski un profundo cambio en su vida, ya que la carrera armamentista sustituyó sus sentimientos radicales y revolucionarios, por una idiosincrasia más conservadora e íntimamente ligada a la religiosidad; situación que compartió con Konstantin Pobedonostsev, uno de sus amigos más cercanos.
Conoció a María Dimitrievna Isaeva, con quien luego de establecer un romance contrajo nupcias.
En 1860, regresó a San Petersburgo, donde ejerció el periodismo literario y fundó algunos diarios, aunque ninguno de ellos trascendió de manera importante.
Posteriormente, escribió “En memorias de la casa muerta”, texto en el que describió con lujo de detalle el sadismo, las condiciones infrahumanas y la falta total de privacidad entre los presos, con los que convivió durante su encarcelamiento.
En 1864, al morir su esposa quedó devastado; su situación económica era precaria, debido a las deudas y a la necesidad de mantener a sus sobrinos y a la viuda de su hermano, así como por su pasión por el juego.
Para escapar de las deudas, emprendió un viaje por Europa Occidental. En Polonia intentó tener una aventura con Apollinaria Suslova, joven estudiante que se negó a ser su esposa; situación que lo deprimió aún más. Pero, en 1867 contrajo nupcias con una joven taquígrafa llamada Anna Snikina.
Durante este periodo escribió algunas de sus más grandes obras y reivindicó su carrera como periodista, colaborando con historias breves y artículos sobre los eventos de la época.
Además, concluyó “Crimen y castigo” y escribió “El jugador” y “Los endemoniados”. En 1873, regresó a Rusia para comenzar a escribir lo que sería su última novela, “Los hermanos Karamazov”, misma que completó poco tiempo antes de su muerte, registrada el 28 de enero en 1881. Sus restos fueron depositados en el Cementerio Tikhvin, localizado dentro del monasterio Alejandro Nevsky, en San Petersburgo.
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