Navidad y tinieblas
“Son dos visiones fundamentalmente diferentes de como crear crecimiento sostenido”, dijo Obama en un discurso reciente.
Ahí, dijo que el crecimiento económico es el tema definitorio del momento, y tiene razón.
Mientras Romney habla de “desatar el poder creativo del capitalismo” e incentivar la creación de capital y empleos, Obama habla de la importancia de ayudar a los menos favorecidos a sumarse a la economía y de esa forma fortalecerla.
El problema es que ambas posturas, que en su propio estilo son tan opuestas como puedan serlo las ideas del estado activista benefactor y el estado como administrador indiferente, se convierte en la práctica en un debate enconado que encaja perfectamente en la actual polarización entre los dos principales bloques políticos estadounidenses.
Edsall compara la situación con los cortes proporcionales en un “pie”, ese pastelillo circular que representa el tamaño de las “rebanadas” que lleva cada grupo.
En tiempos de abundancia dice, es como un juego. Pero ahora “es una brutal pelea” en torno a como cortar un “pie” que es cada vez mas pequeño.
De un lado está una coalición conservadora revitalizada, que ve la posibilidad de continuar el desmantelamiento del “estado benefactor” montado por los demócratas a lo largo de mas de 30 años, desde 1932 y la llegada de Franklin Delano Roosevelt hasta los últimos días del texano Lyndon Johnson.
Esa coalición conservadora, integrada de manera prominente al partido republicano y una voz dominante en sus principios y proteger sus privilegios, tiene mucha mas cohesión y foco que sus opositores, la alianza que apoya a Obama, compuesta por grupos étnicos o sociales mas o menos disímbolos pero que busca preservar lo que queda de las redes de protección gubernamentales.
“No es una competencia amistosa, es respecto a quien va a ser lastimado”, comentó Edsall, autor de varios libros sobre política incluso el último, en torno al problema sociopolítico en lo que llama “política en la era de la austeridad”.
La lucha entre esas dos visiones, así sea político-ideológica, no va a ser fácil ni mucho menos algo a disfrutar. En términos figurativos va a ser una pelea a cuchilladas…