El presupuesto es un laberinto
Un tema que ha estado en el semáforo legislativo es la presentación de la iniciativa de reformas a las leyes en materia del campo, aunque desde la firma del famoso Pacto por México su anuncio fue, junto con las demás reformas estructurales, anunciada con bombo y platillo, la situación actual es que para muchos sectores de la agricultura, la ganadería, así como de la acuacultura, se sigue esperando.
Un tema entre miles es el de los transgénicos, productos provenientes del campo que son genéticamente modificados y que son aptos para el consumo humano y animal, en su caso. La apertura en el Congreso de la Unión es tal que diputados y senadores han señalado su aprobación de viva voz, de palabra, en reuniones, foros y opinión en sus relaciones públicas, pero cuando se trata de sopesarlo con la política, esa idea se vuelve mezquina.
México está viviendo un proceso de aceptación de algunos temas del campo, ha sido un cúmulo de pensamientos, reformas y quehaceres que en la práctica no ha generado los resultados esperados, como casi todo de lo que esperamos los mexicanos de sus líderes y gobernantes; ya que mientras líderes agrarios señalan que la apertura debe darse, que México no aguanta más, la realidad es de que parecen ignorarlos o dejarlos para un después. Legisladores del PRI, PAN, PRD, sobre todo, señalan que se debe dar apertura al tema, sus convicciones laten por aprobarlo, pero sus intereses políticos indican lo contrario.
No sólo en la actualidad, desde siempre la política mexicana está dentro el sector campesino, sus líderes son partidistas y defienden no el sector, sino a sus intereses y a los del gremio… el voto pesa más que el campo y de aquellas organizaciones políticas de las que perciben ingresos.
Los transgénicos han sido estigmatizados, no sólo en México, sino a nivel mundial. Ha sido significativo que en nuestro país se siga hablando de la liberación de los permisos para siembra, comercialización y consumo de éstos cuando es de todos sabidos que se consumen de manera directa o de manera indirecta, tal es el caso del maíz amarillo, que en México la importación de este ha reflejado un aumento en el número de toneladas que ingresan a territorio nacional, producción que se da en África y del vecino país del norte, Estados Unidos.
El campesinado nacional requiere producir y los que ya producen producir más, ya que seguimos creciendo como población y los requerimientos de alimento son cada día mayores; por ende los campesinos requieren que la regulación de las tierras, así como los apoyos lleguen también a los minifundios.
La competencia no sólo hace referencia a cierto sector productivo, sino también al sector campesino, no sólo en la compra o adquisición de la herramienta necesaria para producir en tierra, sino también en la obtención de bienes necesarios para tener siembra, la principal materia prima es la semilla. Se habla de la semilla de origen, se habla de la semilla genéticamente modificada, se habla de la semilla orgánica… porque no permitir que cada una se siembre en el terreno adecuado, la cantidad de suelo para la siembra es basta en México y cada vez está siendo mayor porque los nuevos jóvenes ya no creen que sea una forma de vida, la vida del campo se acaba por la falta de apertura de los productores que se sienten dueños de las tierras y que su beneficio político impera al arraigo del campo.
El secretario del ramo, Martínez y Martínez, ha señalado que la reforma al campo se ha dividido en estructural y legal, estructural desde el interior de la Sagarpa y legal que se llevará desde el Congreso de la Unión, cuando el ejecutivo federal ejerza su atribución constitucional de iniciar leyes para que en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores sean aprobadas.
Los liderazgos en el campo y su conjunción como líderes políticos no se llevan, es un monopolio de poder a leguas, tenemos un claro ejemplo en donde el líder de la CNC, es a su vez Senador de la República y más que ver por las necesidades del campo, está amasando el poder para llegar a la gubernatura de su estado natal; eso ayuda a imponer su decisión a la hora de emitir un juicio fuera de toda objetividad sobre la aprobación o no, del marco legal de la liberación de los transgénicos en México, ya que controla a una de las más grandes organizaciones políticas en nuestro país y que genera una gran cantidad de votos… el próximo año 2015 es electoral.
Hace poco escuchaba en una conferencia al doctor Mulet, quien se muestra a favor de los transgénicos y quien daba un ejemplo sobre el caso de Brasil, el presidente Lula da Silva, sentó a la mesa de diálogo al sector campesino, al sector político y a las empresas dedicadas a la agroindustria, obviamente ambos liderazgos se dedicaban a lo suyo, no estaban entremezclados, como en el caso mexicano; el primero dedicado al campo, el segundo a la política y el tercero a hacer investigación para el campo, recalco que no se interrelacionaban en las decisiones, al sentarlos les preguntó cuál era la razón que detenía el impulso del campo brasileño, a lo que señalaron que nada, ya que cada quien podría ejercer su actividad sin menoscabo del otro y desde entonces Brasil detonó y ha impulsado los productos transgénicos desde su apertura, dando a ganar a todos los que invierten en mencionado sector.
El caso mexicano es, como siempre ha sido, un caso especial. La voluntad de los líderes del campo y los líderes políticos, así como aquellas empresas que se dedican a la producción de organismos genéticamente modificados, además de aquellas organizaciones en donde su producción es conservadora u orgánica, deben generar una estrategia guiada desde la Sagarpa para que se tenga en México un mapa agrícola en el cual se observen las zonas agropecuarias del país donde se generar un tipo de producto específico para cada tierra y que si en una zona la sequía es fuerte, se generen semillas fuertes para ese tipo de suelos y si en los lugares húmedos es propicio un cultivo con semillas originarias, pues sea ese el terreno específico para tal producto, siempre mirando por el bienestar de la población, en donde se encuentra incluido el campesinado nacional.
El presente periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión tampoco fue para presentar la esperada reforma al campo, se anuncia que será hasta el próximo periodo cuando se presente y apruebe, el tercer año de gobierno de Enrique Peña Nieto ha comenzado y la claridad hacia el necesitado, es la que llega al último.
La seguridad alimentaria debe estar orquestada por el gobierno mexicano, aterrizada por el sector agrícola y disfrutada por cada una de las personas que vivimos en este territorio, por ello, tanto funcionarios, líderes, congresistas, debemos hacer funcionar una maquinaria que tanto tiempo lleva estancada, la maquinaria del campo mexicano.