El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Luego del triunfo de Héctor Serrano como líder de Vanguardia Progresista, al posicionarse como la corriente perredista más fuerte de la capital, algunas descalificaciones y señalamientos no se han hecho esperar.
El fin de sus contrarios es lastimar la figura del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, quien se ha deslindado de las elecciones de candidatos perredistas, pues ni siquiera se ha registrado como integrante de tal partido. El objetivo de los ataques es Serrano Cortés por parte de quienes no fueron beneficiados en la distribución de las candidaturas.
Sin embargo, el secretario está consciente de que el golpeteo es parte de la política, y no sólo en tiempos electorales, pues él lo ha padecido desde que fue nombrado como el segundo hombre fuerte del GDF.
En el Palacio del Ayuntamiento se sabe que los dardos vienen de Marcelo Ebrard, ex jefe de gobierno capitalino, y de René Bejarano, en un intento por lanzar sus últimos coletazos.
Ambos culpan a Serrano y a Mancera de su derrota, de haber convencido a varios de sus aliados de darles la espalda, como si fuera tan fácil conseguir que seguidores de un buen líder lo traicionen.
Marcelo se ha empecinado en patalear y señalar a ambos funcionarios como los responsables de sacarlo de la lista de los diputados federales plurinominales, olvidando que él mismo dialogó con los Chuchos, quienes reflexionaron que no era conveniente arroparlo con una diputación, por estar inmiscuido en una investigación por la mala planeación y construcción de La línea 12, tema que ya llegó hasta Europa, pues las empresas que construyeron la mencionada línea, también son investigadas por irregularidades.
Al partido político Movimiento Ciudadano le han llovido las críticas por abrirle sus puertas al carnal Marcelo, y tanto es así que en las redes sociales alcanzaron el segundo lugar con el hashtag #MCEncubreDelincuentes.
Del llamado Señor de Las Ligas, René Bejarano, baste decir que luego de despotricar contra Miguel Ángel Mancera, se dio cuenta de su error y envió a su esposa a la oficina del secretario Serrano, para buscar la reconciliación.
Sin ninguna vergüenza, y sin dar la cara él mismo, hizo que su cónyuge, la senadora Dolores Padierna, la hiciera de mandadera. La perredista fue recibida en las instalaciones del GDF porque el motivo de la cita que solicitó, no lo dijo hasta estar presente en el lugar, nos cuentan Los Ecos Capitalinos.
En este caso, el matrimonio Bejarano-Padierna eligió, con todo y su enojo, a Héctor Serrano, como interlocutor, y para que convenciera a los Chuchos no les quitaran a tribu más rebanadas del pastel, es decir, candidaturas para diputaciones federales-.
Y mientras Agustín Torres retornó a las filas del PRD, luego de renunciar a este y sumarse a Morena, su tocayo, Agustín Guerrero alista las maletas ante su inminente expulsión del partido, por convertirse en uno de sus principales críticos, pero manteniéndose como militante del mismo.
Es cuestión de días para que Guerrero tome camino, muy seguro por el rumbo de Morena.