Teléfono rojo
La credibilidad presidencial a la baja y los problemas nacionales a la alza
A una semana de que el Presidente Enrique Peña Nieto envíe al Congreso de la Unión, su informe de gobierno, los problemas del país, no cesan, pues además de las movilizaciones del magisterio disidente, continúan las matanzas, se conocen graves violaciones a los derechos humanos y, sobre todo, se pone en duda la honestidad Presidencial.
La economía no está creciendo y los asuntos relativos a la transparencia, rendición de cuentas y, sobre todo, relacionados con la credibilidad en las autoridades federales y locales, están sujetas a la mayor crítica, ante la demostración de ineficiencia e ineficiencia gubernamental para afrontar los problemas que cada día se acumulan más. Aunado a ello la falta de coordinación institucional entre autoridades federales y estales han generado un clima de malestar colectivo y las respuestas a las demandas de la sociedad sin poco eficaces.
En ese contexto, Carmen Aristegui ha empleado una vez su amplia influencia para denunciar públicamente al presidente Peña Nieto y ha cumplido su objetivo: el golpe ha sido duro y directo. Además, abrió un interesante debate sobre la relevancia del plagio de diversas obras y de distintos autores para formular una tesis de licenciatura y el tipo de efectos que pueden tener en un personaje público de la envergadura del Ejecutivo federal. Ni más ni menos.
Sin embargo, coincido con mi amigo Carlos Ferreyra si efectivamente ¿importa hoy, 25 años después, que Peña Nieto haya plagiado en su tesis de licenciatura? Todo lo que ocurre alrededor del Presidente es materia de interés público. ¿Es grave? Un plagio a nivel universitario puede llegar a ser causa de expulsión, o se le anula la titulación. En otros países ha obligado a renunciar a sus cargos a políticos en situaciones paralelas.
Lo que es un hecho es que tanto suspenso de parte de Carmen Aristegui se quedó algo corto en relación a lo que se publicó. Tal vez debido al éxito del reportaje de la Casa Blanca de Peña Nieto, muchos esperábamos más pruebas de corrupción gubernamental, pero no, el reportaje solamente refuerza la imagen de que Peña Nieto es un tipo tramposo, corrupto, y que pide perdón sin reconocer sus graves errores de imagen pública. Y la Presidencia de la República sólo confirma el desprecio gubernamental a una denuncia de este tipo.
Más allá de si Carmen Aristegui tiene agravios que se está cobrando, lo que es un hecho es que Peña Nieto llega a su informe de gobierno con una imagen pública por los suelos y una muestra de ello es que está reprobado en las recientes encuestas de evaluación y el reportaje sobre la forma en que se tituló no cambia la imagen que sobre el Ejecutivo tiene buena parte de la población, sino que la fortalece. En fin.
Y para mejorar su imagen, no se trata de generar millonarios contratos publicitarios con los medios de comunicación. Lo que se pide es que su gobierno camine a la prosperidad y resuelva los problemas que se vaya encontrando en el camino, aunque sea necesario utilizar la fuerza pública.
Por ejemplo, si el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no tiene tantos derechohabientes como se requiere, el gobierno debería limitar y sancionar a las grandes empresas y consorcios que evaden las cuotas del propio IMSS y del Infonavit, a través de empresas outsourcing, que avaden inclusive millones de pesos en impuestos.