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Salario mínimo de hambre en México; entre los más bajos del mundo
Con la entrada al mes de diciembre se vuelve obligado tocar el tema de los salarios mínimos que, como se dijo en la entrega anterior, su discusión se ha politizado con base en que México registra uno de los más bajos del mundo, y es por eso que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México ha utilizado la situación desde el primero de mayo de 2014 con una propuesta de que, para entonces, el minisalario debía ser de 171 pesos diarios, 21.5 pesos la hora, a fin de satisfacer las necesidades de una familia y dejar de estar en la inconstitucionalidad en que se ha encontrado, principalmente en el neoliberalismo profundizado por Carlos Salinas de Gortari.
Con la consideración de que la demanda del presidenciable Mancera debe ser ahora mucho mayor –tan sólo hay que tomar en cuenta la carestía que se registra en los alimentos en el último mes del año, la devaluación del peso y, entre otros cosas más, el aumento al costo de los servicios como sucede desde ayer con las tarifas para el uso de las carreteras–, resulta interesante tomar en cuenta el estudio Política de Recuperación del Salario Mínimo en México y en el Distrito Federal, documento de casi cien cuartillas con el que se convocó, desde hace casi dos años, a un debate nacional sobre un tema central, pero olvidado de la política económica del país.
Tras sostener que llevamos tres décadas de crisis económicas recurrentes, con empleos y salarios insuficientes que ha hecho retroceder aún más a los segmentos más pobres de la nación, Miguel Ángel Mancera Espinoza analiza un derecho constitucional que no existe para millones de mexicanos y que pide se tome en serio, lo que quiere decir que el salario mínimo siempre ha sido una burla para la mayoría de la población trabajadora cuyo poder adquisitivo no sólo se ha detenido sino agudizado.
Se trata, con datos de 2013, de 6.9 millones de trabajadores que, oficialmente, se comprenden dentro del salario mínimo que, según la CEPAL, es inferior al del umbral de pobreza per cápita.
Mancera advierte que un nivel bajo de salario mínimo redunda en prestaciones futuras también bajas. Tal es el caso de las pensiones, lo que perpetúa el mismo círculo vicioso de trabajadores pobres hoy que se convertirán en adultos mayores aún más pobres.
Dice que un incremento abrupto, sin un conjunto de acuerdos y mal calculados –casi siempre ha sido así– traerá consecuencias negativas para la economía y que, por el contrario, un aumento de salario mínimo bien elaborado, respaldado por estudios técnicos y por la evidencia reciente, hacen absolutamente viable una alza significativa como ha sucedido en Inglaterra, Brasil y Uruguay. Actualmente en Estados Unidos hay movilizaciones porque el pago por hora de trabajo sea de 15 dólares y no de 7.5 como es en la actualidad, lo que se traduce al tipo cambiario en 150 pesos, cuando aquí por ocho horas laboradas se paga 73 pesos.
En fin, el documento de Mancera concluye que todos los datos, las cifras y las tendencias reales demuestran que el salario mínimo en México no sólo está muy lejos del nivel que manda la Constitución de la República, sino que además está por debajo de la línea de pobreza alimentaria. Comparativamente el minisalario en México no sólo es el más bajo de la OCDE, sino también –junto con Haití– es el más miserable de toda América Latina.
La situación es grave, agrega, porque hablamos de ingresos que no alcanzan a cubrir las necesidades alimentarias del trabajador, ya no digamos de las familias. Dicho de otra manera: con este nivel en el salario mínimo, el mercado laboral formal mexicano es un factor de reproducción de la pobreza, no un circuito para salir de ella. Es grave también por la cantidad de personas que lo perciben, casi siete millones. Por lo tanto se trata de un problema histórico pero también de urgente coyuntura, pues el bajo salario sigue dañando la participación de los trabajadores en el ingreso nacional: menos de la tercera parte del producto pertenece a los salarios, relación exactamente inversa a la de los países desarrollados, lo que hace que México, de entre todas las economías importantes, sea la más desigual del planeta.
Además, la pérdida histórica del poder adquisitivo del salario, desde su punto máximo, es del 75 por ciento. Se trata de 35 años de deterioro y estancamiento, que sigue presionando a la baja al conjunto de la masa salarial.
En este marco, el presidente Enrique Peña Nieto informó orgulloso ayer que, algo sin precedente, durante su gobierno y en 40 años sin haber ocurrido, el salario se ha recuperado un 15 por ciento. En tanto que la Comisión respectiva anunció un incremento del 10 por ciento para 2017, que fija al mínimo en poco más de 80 pesos, muy lejos de, como se demuestra a diario, lo que establece la Constitución próxima a cumplir su centenario.
Desde el centro
La realización de la Expo México Alimentaria 2016 a que está convocando la Secretaría de Agricultura, encabezada por José Calzada, cae “como anillo al dedo” para reforzar la diversificación de exportaciones mexicanas de alimentos ante la amenaza patente que representa el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, hacia el TLCAN. Hasta este año, el 82 por ciento de las exportaciones mexicanas del sector agroalimentario se dirigen a Estados Unidos, por lo que del ocho al 10 de diciembre próximo, los productos nacionales serán presentados a compradores de 32 naciones invitadas. Esta feria agroalimentaria es la primera en su tipo y reunirá a más de 600 productores, compradores de diversas misiones comerciales, inversionistas, emprendedores, especialistas, y público en general para que puedan conocer las oportunidades de desarrollo que ofrece el campo Mexicano. El evento se llevará a cabo en el Centro Banamex, en la Ciudad de México… Entre tanto, crecen las protestas de indígenas de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán, San Luis Potosí, Jalisco, Puebla, Veracruz y de la Ciudad de México en demanda de mayor presupuesto para sus pueblos, luego del brutal recorte de la SHCP…Miguel Ángel Yunes y Alejandro Murat asumieron las gubernaturas de Veracruz y Oaxaca, entre promesas de castigar la corrupción y mal gobierno de sus antecesores Javier Duarte y Gabino Cué Monteagudo.