Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
La discordia ha llegado al béisbol mexicano. Posiciones irreductibles se hacen presente y el resultado puede ser dos ligas de verano con 8 equipos cada una.
Se veía venir y el encontronazo se dio. Desde el pasado año se dieron los primeros choques entre los dueños de equipos de la Liga Mexicana de Beisbol (la de verano): la gota que derramó el vaso fue el tema de los jugadores mexico-americanos o conocidos en el norte como “pochos”.
Lo de ayer dejó de damnificado a quien podía ser el conciliador, como señalan las crónicas periodísticas: el yucateco y presidente de la LMB, Plinio Escalante, a quien el grupo de la vieja guardia lo ha dejado fuera de la presidencia, al acusarlo de falta de interés en la responsabilidad y de pasarse buena parte de su tiempo en su tierra natal.
A finales de septiembre del pasado año tuvieron su Asamblea los dueños de la Liga Mexicana de Beisbol y cuando se abordaría el segundo tema de la agenda del día, “el de los jugadores pochos”, los directivos Alfredo Harp Helú de Diablos Rojos del México y Guerreros de Oaxaca, Carlos Peralta de Tigres de Quintana Roo y José Maiz de Sultanes, decidieron abandonar la reunión y renunciar a la Liga al no aceptar “ni siquiera discutir el tema”.
En diciembre volvió a realizarse otra Asamblea y todo indicaba que estaban muy cerca de los acuerdos y dejar sus diferencias para posteriori. El trato es que se establecía un límite de 9 peloteros México-americanos, 6 importados y 2 novatos, sin embargo los Uribe de Tijuana lo rechazaron.
Este miércoles 11 de enero se vuelven a reunir los dueños de la LMB y aquello se convirtió en un encuentro como si se tratara de palestino y judíos, el resultado es la escisión y el muy posible surgimiento de dos ligas con ocho equipos cada una y que se advierte es la guerra mundial en el béisbol mexicano.
En una esquina alineados los de la vieja guardia de la LMB: Sultanes, Diablos Rojos, Tigres, Oaxaca, Campeche, Durango, Saltillo y Tabasco. Y enfrente, la nueva generación representada por Alberto Uribe de Toros de Tijuana, junto con los Arellano de Leones de Yucatán, Gerardo Benavides de Pericos de Puebla, José Antonio Mansur de Aguilas de Veracruz, así como los equipos de Aguascalientes, Laguna y Monclova.
Vienen los pleitos legales
De acuerdo a los dimes y diretes entre unos y otros vendrán los pleitos legales, quién se queda con la titularidad de los derechos de la Liga Mexicana de Beisbol que es la reconocida por las Grandes Ligas.
José Maiz frente a la posibilidad que se formen dos circuitos y de que se dé la piratería de peloteros al mejor postor, declaró que su grupo está listo para encarar la guerra: ¡“Que venga la guerra, estamos listos para la guerra”, manifestó a la prensa por lo que se advierte que no hay retorno.
A finales de marzo arrancaría el rol regular y por cómo están las cosas, cada quien tomará su camino, puede haber dos ligas, los de la llamada nueva generación podrán tener en su roster el número de México-norteamericanos que quieran, sin límite y los de a vieja guardia, podrán tener cero pochos y los novatos que quieran en sus alineaciones.
Habrá que ver qué impacto tiene este choque de trenes con los equipos de la Liga Mexicana del Pacífico que ha sido afectada por la actitud egoísta de algunos propietarios de equipos de la LMB, como los Arellano y los Benavides, principalmente, a quienes se señala de restringir a algunos de sus peloteros el poder jugar con los equipos de invierno para que estén en mejores condiciones físicas cuando inicia la temporada en la LMB a finales de marzo.
Esta historia aún no acaba. En febrero próximo viene el último round de este match beisbolero.