Abanico
Inauguración
Rusia inauguró la vigésimo primera Copa Mundial de Fútbol con el contundente triunfo por 5-0 sobre Arabia Saudita, en el Stadium Luzhniki de Moscú y, todos contentos.
La FIFA, porque su elección de designar a los árabes, como primeros rivales del equipo anfitrión, fue muy acertada para poder mantener el interés de los anfitriones en la competencia.
Discursos breves
Vladimir Putin, presidente de Rusia, aprovecho tener abierta la ventana del mundo y externar, a través de la trasmisión de los televisores que:
«No importa la diferencia de culturas o idiomas, el fútbol nos puede unir y ayudar al fortalecimiento de la paz».
Muy superior en la cancha
En el tapete verde, sólo existió un equipo con capacidad: Rusia.
El representante de Arabia Saudita, una decepción.
Estos dos conjuntos sólo se habían enfrentado en una ocasión y el triunfo fue para los árabes por 4-2, en 1994, lo que remarca una vez más que las estadísticas en el fútbol no cuentan, simple y sencillamente porque las circunstancias son distintas de un partido a otro entre los mismos rivales.
En primer término porque los jugadores de uno y otro equipo no son los mismos, como tampoco el escenario ni la actuación del árbitro que, con una decisión equivocada, cambia la historia del partido.
Pero en este encuentro todo fue muy claro lo que sucedido en el tapete verde, con un representativo ruso mejor trabajado, mejor coordinados y con futbolistas mejor preparados física y técnicamente que abrumaron al adversario, un adversario muy limitado, técnica y tácticamente.
Rusia ordenó bien sus líneas, con una línea defensiva segura, un medio campo creativo y un ataque letal comandado por su estrella Aleksandr Golovin.
Buen arbitraje
Inclusive los 80 mil espectadores congregados en las tribunas del Luzhniki, no tuvieron reproche del árbitro argentino Néstor Pitana, acompañado en las bandas por sus compatriotas Hernán Maidana y Juan Balatti y auxiliado por los brasileños Sandro Ricci y Emerson de Carvalho.
Pitana sólo mostró dos tarjetas amarillas, una para cada equipo y mostró personalidad para efectuar bien su trabajo.
Con una experiencia de 18 partidos internacionales, cuatro de ellos en el Mundial de Brasil 2014, tres de ronda de clasificación y el otro en cuartos de final, el silbante argentino de 43 años de edad mostró cualidades para estar en los partidos finales.
Con los tres puntos en la bolsa, Rusia está prácticamente asegurado para la siguiente ronda. Ahora habrá que esperar hasta donde lo pueden llevar los árbitros, porque aunque ganó en su presentación, con cinco goles, no se le vio un nivel para conquistar la Copa del Mundo en casa.
Arabia seguramente realizará dos partidos más y se despedirá de Moscú.