Teléfono rojo/José Ureña
No era mi voluntad haber dormido.
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Fernando Celada Miranda fue aficionado a declamar. Primero lo hizo con poemas de otros poetas y luego con propios.
La obra de Celada es trascendente tanto por la belleza. Y la esencia de su contenido y mensaje.
Fue el cantor de los oprimidos.
Encadenar el águila es vileza nos lo dice en verso don Mario Andrés Campa Landeros.
No era mi voluntad haber dormido.
Este poema: se ajusta perfectamente bien a estos días llenos de violencia y virus made in China. Que magnifican los medios. Bueno, casi todos.…
Veamos:
’Algún día’
Algún día la garra tendrá aliento
Y se alzará terrible y vengadora,
Algún día el atroz remordimiento
Será un toque sangriento
En el rojo sudario de la aurora.
Algún día las manos enclavadas
Por el martirio en oprobiosas cruces
Serán por la justicia consagradas
Pero ¡ay! Entonces blandirán espadas
Y cargarán cañones y arcabuces.
Algún día este pueblo macilento
Que abandone la yunta de la mano
Habrá de confundir con un acento, que parezca rugido,
Las hojas placenteras del temido
Que durmió siete lustros de tirano.
Algún día la fuerza hecha martirio
En la vena que empuja al proletario
Subirá con la gloria del destino, hecho Dios,
A la cumbre del Calvario.
Y entonces, desgarrando sus arterias
Será como una cruz de sacrificio
Redención para todas las miserias
Incontenible valladar del vicio.
¿Cuándo el dolor se explicará en rugidos?
¿Cuándo tendrán, los tristes ardentía?
Del alma de los pueblos oprimidos
Nada se pueda oír, solo gemidos
Y gritos de dolor… ¡Pero algún día!